Por Guillermo A. Sánchez-Aldana
Tras 17 jornadas la fase regular del Clausura 2018 ha llegado a su fin y con el cierre de la temporada regular se viene la liguilla, fiesta a la que increíblemente se logró colar el equipo de Tijuana. Así es, el conjunto que nunca logró obtener un triunfo fuera de casa y que solamente anotó un gol jugando de visitante clasificó en 6to lugar general, lo cual habla tan bien como mal de la competencia que existe dentro de la liga mexicana. Que la clasificación haya estado tan apretada debería indicar que el nivel ha subido en cuanto a la calidad de los equipos, pero a su vez el hecho de que tres de los conjuntos clasificados no lograron sumar ni el 50 por ciento de los puntos posibles desacredita dicha idea. Desafortunadamente el equipo canino lidera este grupo de ‘promedios’ con un 49% de puntos acumulados, mismos que fueron suficientes para situarse entre los mejores 8 de la temporada. Pero bueno, en un duelo de irregulares cualquiera tiene la oportunidad de alzarse con el título.
Además, fuera de que la fase regular del torneo haya tenido tintes de altibajos, hay algunos aspectos positivos dignos de ser mencionados y apreciados. Y es que se dice fácil, pero con tan solo una temporada bajo la dirigencia de Diego Cocca se logró el primer objetivo de clasificar a la liguilla, situación que no pudo cumplir el pasado técnico y le terminó costando su trabajo. Con el técnico argentino al mando el equipo fronterizo recuperó ese orden y oficio defensivo que ostentaba en los tiempos de Antonio Mohamed en el banquillo y lograron convertirse en el conjunto menos goleado de la campaña, al haber solo recibido 12 goles en contra en 17 jornadas. Con el regreso de Pablo Aguilar al club tijuanense tras su paso por las filas del América se recuperó ese liderazgo en la parte baja que se había perdido desde la salida de Javier Gandolfi, y con un Gibrán Lajud inspirado se restauró esa confianza en la portería que por momentos llegó a hacer falta en las temporadas más recientes.
Quizá la ofensiva sigue quedando a deber en comparación, pero lo que se logró en tan solo un semestre de trabajo demuestra que las ganas de triunfar nunca se desaparecieron y que el esfuerzo colectivo rindió frutos. Ahora se viene un rival complicado como Rayados que viene de perder la final pasada y tiene todas las intenciones de regresar al último encuentro para esta vez ganarlo. La primera gran prueba para el equipo de Tijuana se viene en la primera fase de postemporada, y superarla será un gran reto.
Se llega a decir que la liguilla es como ‘empezar de cero’, pero más que eso es una nueva oportunidad para que los equipos menos dominantes del torneo se puedan llevar el campeonato. Los ocho invitados a la fiesta grande ya se han visto las caras al menos una vez, y decir que es un nuevo comienzo desacreditaría el apretado empate sin goles que se obtuvo ante Monterrey en la tercera jornada de la fase regular. Al menos tomando ese resultado en consideración no se ve tan descabellada la posibilidad de eliminar a uno de los candidatos más fuertes al título.