Por El Recomendador
Película de 2014. El argumento lo escribió Margaret Nable y fue dirigida por Philippe Faladeau se filmó en Atlanta, Georgia y Sudáfrica. Los actores son Reese Witherspoon, Arnold Oceng, Ger Duany, Emmanuel Jal, Corey Stoll y Sarah Baker.
Esta película muestra un poquito, algo del genocidio ocurrido en Sudan ante la indiferencia inicial y la lentitud para evitar tan grande mal, tanto de la ONU como las naciones integradas a ella. Inicialmente se cuenta las aventuras y el sufrimiento inmenso de niños y de familias que huían de ser asesinadas a mansalva. A esta gente inocente e inerme la persiguieron así. Se trata de los niños perdidos de Sudán y cuenta cómo, gracias a que estos niños fueron acogidos por iglesias de los Estados Unidos, y ganaron un concurso, un puñado logró llegar como refugiados a los Estados Unidos. También cuenta cómo enfrentaron a la burocracia encargada de los migrantes, endurecida después del atentado de Nueva York y cómo, una muchacha, –Carrie Davis y sus amigos y feligreses de una iglesia cristiana- los ayudan a su llegada a Estados Unidos a enfrentarse a su nuevo ambiente.
Este film hace bien a las familias porque les muestra lo que son los grandes sufrimientos, lo que significó huir de del genocidio –uno más de los ocurridos en África y del que muy pocos pudieron salvarse.
Dijo un famoso filósofo algo muy cierto, pero que él exageró al mencionar dos categorías que no son irreconciliables. Afirmó que hay cosas que no se pueden decir, pues sólo pueden mostrarse. Una de ellas es la auténtica solidaridad que en el cristianismo conocemos con el nombre de caridad. En efecto, la naturaleza de ese amor es tan misteriosa que más que nombrarla hay que mostrarla.
Las palabras se quedan cortas porque esa manera de dar y de darse a uno mismo, sin condiciones, eso de proteger y socorrer a los que más sufren y practicar al mismo tiempo también la justicia. es la manera por excelencia de asemejarnos al Creador.
Por eso, el Hombre ha sido entendido como un microcosmos. No solamente porque está formado con los mismos elementos químicos del universo o macrocosmos, sino, fundamentalmente, porque los hombres nos hacemos semejantes a Dios al cambiar nuestro interior y al liberarnos de nuestras propias esclavitudes y convertirnos al bien, realizando las obras de misericordia que son propias del Autor de todo lo que existe que es, precisamente, el que es perfecto en la misericordia.
Mucho bien nos haría comentar con la familia este proceder humano que tan bien muestra la película. Porque una cosa es decir que somos generosos y otra, muy distinta, serlo: estar dispuestos a dispararle algo a quien mucho lo necesita y hacerlo sin hacer aspavientos.
Por eso Jesucristo recomendó que cuando ayunemos y demos a los demás de lo nuestro, no hay que poner cara de víctimas, sino –por el contrario- lavarnos la cara, perfumarnos y mostrar alegría, para que sólo Dios se entere de lo que hicimos.