Por Gastón Luken
Al respecto de Ayotzinapa y de la “casa blanca“ las expresiones, acciones y omisiones que hasta hoy a tenido el Presidente han generado insatisfacción en diversos grupos de la sociedad; esto es a quienes anhelan por el pasado, a quienes están en contra de todo y a favor de nada y a quienes quieren construir un México mejor.
El indignante caso de Ayotzinapa causó que el país volteara al Presidente en su calidad de Jefe de Estado para tomar las medidas pertinentes para disminuir la inseguridad y hacer valer la justicia. Esto se dio casi al mismo tiempo que se reveló el asunto de la “casa blanca“ que en el mejor de los casos es un serio e innegable conflicto de interés.
Justo en el momento en que más se necesita del liderazgo con aplomo y decisión del Presidente, su legitimidad y credibilidad, indispensables para cumplir su responsabilidad, han sufrido un severo deterioro. El objetivo es revertir este deterioro. Ante este escenario someto a consideración estas 10 ideas.
1)El buen juez empieza por su casa.Asumir lo que le corresponde antes que señalar a otros. De ahí proviene la autoridad moral. Recuperar credibilidad llamando a cuentas a su equipo. Hacer limpia y con el ejemplo meter en cintura empezando por los propios que actúen fuera de la ley.
2)Escuchar. Salir de la torre de marfil que envuelve a los gobernantes. Tender puentes. Hablar del corazón más que del teleprompter.
3)Proponer un pacto ciudadano. Con acuerdos medibles y sin partidos políticos. Convocar a destacados liderazgos de la academia y de la sociedad civil como son México Unido Contra la Delincuencia, CIDE, Transparencia Mexicana, Observatorios Ciudadanos, Mexicanos Primero por mencionar solo algunos. La esencia de la democracia es la cooperación.
4)Dar un golpe de timón. Ser más audaz en los cambios. Su decálogo es un paso en la dirección correcta pero es limitado e incongruente. Un ataque frontal a la impunidad vía reformas al Poder Judicial que agilicen y mejoren la impartición de justicia sin menoscabo a la muy necesaria revisión de las procuradurías y ministerios públicos. El tema no se queda solo en las policías.
5)Profundizar en medidas de transparencia y rendición de cuentas. Estas son obligaciones y no dádivas de las autoridades. Son las mejores herramientas contra la corrupción y la impunidad. Hacer públicas todas las declaraciones patrimoniales. Agilizar y homologar el acceso a la información pública. Transparentar los casos donde puede haber conflictos de interés de él o cualquier servidor público con contratistas del gobierno.
6) Fortalecer la cultura de la prevención.Más recursos a las partes sustantivas de la educación y cultura.
7)Promover medidas contra la partidocracia. Reducir el presupuesto desmedido que tienen. Los partidos políticos deben responder más a los ciudadanos que a los gobiernos.
8)No confundir causas con consecuencias. Tiene razón el Presidente en preocuparse por la desestabilización del país pero conviene recordar que la historia muestra que la mayor causa de desestabilización proviene de gobiernos que actúan mal u omiten actuar cuando deben. Son las gobiernos más que las sociedades quienes evitan o en su caso propician la desestabilización.
9)Cumplir leyes actualesmas que crear leyes nuevas.
10)Encarar la Casa Blanca. Es la evidencia más emblemática de relaciones indebidas entre el poder político y el económico. El no hacer nada le puede comprar tiempo pero le merma legitimidad y liderazgo. No se puede tapar el sol con un dedo so pena de que la casa blanca le pinte de gris o peor su gestión. El no hacerlo lo debilita para proponer y encabezar una cruzada a favor de la justicia y acompañado por la sociedad.
¿Atrevido hacer estas sugerencias? No. ¿Iluso en pensar que pueden realizarse? Muy posible. ¿Ganas tengo de que el Presidente, el que sea, tenga una buena gestión? Por supuesto. ¿Ganas tengo de que le vaya mejor a México? ¡Todas!
*El autor es empresario local, ex diputado federal