Por Manuel Rodríguez Monárrez
Con el relevo de la dirigencia estatal del partido y de las dirigencias municipales dio inicio un nuevo ciclo de la historia del PES BC, corresponde a la dirigencia actual consolidar a nuestra formación política como la alternativa de cambio y transformación que le urge a Baja California.
En las jornadas de trabajo de planeación estratégica que llevamos a cabo los primeros días de febrero, entre todos construimos un proyecto, definimos objetivos claros y diseñamos estrategias y líneas de acción medibles y cuantificables para el logro de estos objetivos.
El resultado de esos trabajos de planeación tenemos que decirlo fuerte y claro, para que nadie tenga dudas: fue cambiar el nombre y logotipo de nuestro instituto, así como revisar nuestra ideología como movimiento social demócrata, porque aspiramos a gobernar en Baja California. Y aspiramos a gobernar porque entendemos con absoluta claridad que en el ejercicio del gobierno no se gobiernan problemas ni negocios particulares. Se gobiernan personas, seres humanos.
Porque son los ciudadanos quienes son los sujetos del gobierno. Y si esto es así, entonces el eje rector de toda acción de gobierno y el motor principal del quehacer gubernamental es la persona humana y por lo tanto un elemento esencial de la tarea de gobernar es el respeto irrestricto a la dignidad de las personas, lo que no hemos visto en quienes actualmente ocupan el gobierno. Y esto hay que recuperarlo.
Como aspiramos a gobernar, debemos prepararnos con absoluta seriedad y responsabilidad. Porque los bajacalifornianos anhelamos gobiernos honrados, eficientes y eficaces, transparentes, que rindan cuentas no como una concesión sino como obligación y convicción. Hoy estamos en la oposición porque fue el mandato que recibimos de las urnas, pero la mejor oposición es la que es capaz de demostrar que puede ser el mejor gobierno. Y en esto debemos poner nuestros esfuerzos.
Y en este nuevo ciclo, es imprescindible tener como prioridad fomentar y promover la participación ciudadana. Debemos asumir la responsabilidad que nos corresponde como instituto político para crear ciudadanía. En este contexto, en Asamblea Estatal este mes votamos para aprobar el cambio de nombre del Partido y su logotipo. Después de un análisis muy serio, que ha incluido a grupos de enfoque, el nuevo nombre de nuestro instituto es Transformemos.
¿Y por qué transformemos? Las instituciones públicas están sumergidas en la más profunda crisis y necesitamos transformarlas para recuperar la credibilidad y confianza de la sociedad. Transformación significa construir de nuevo, edificar nuevos fundamentos. Baja California necesita transformarse para poder asegurar a los ciudadanos condiciones de paz, justicia, igualdad y dignidad para todos.
Transformar una cultura política arraigada en la simulación y la corrupción para restituirle su valor a la política como herramienta fundamental para buscar el bien común, permitirá enfrentar y resolver los problemas más complejos que afectan a los bajacalifornianos.
La palabra Transformar desde un enfoque político, significa además un compromiso de actuar con honestidad, transparencia y congruencia en las tareas de gobierno. Significa ser solidario con los sectores más desprotegidos, implica ser tolerante con las voces discordantes pero al mismo tiempo determinante y firme para enfrentar la corrupción institucionalizada y los problemas que la acompañan. Transformación es una mezcla de valores inherentes al espíritu humano de superación, tenacidad y esfuerzo. Transformación es innovar y recrear para avanzar, para conquistar. Anhelamos que este movimiento sea el inicio de una nueva relación política entre la ciudadanía y sus servidores y logremos transformar la indignación en la fuerza que se necesita para continuar en la lucha social.
