Por Maru Lozano
¿Toreando las envidias? Quien envidia vive “en vida del otro” y se olvida de la propia; se vuelve la casa, la sociedad y el trabajo un lugar tipo jungla en donde el deseo de poder y de control solo se logra tirando cabezas.
Por ahí Víctor Hugo dijo: “¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y ¡le calienta!”
La gente que envidia es posible que de momento nos tumbe, pero esa gente que muerde ¡no come!, por lo tanto no se alimenta y se debilita tarde o temprano.
Si nos topamos con gente así, lo que va a pasar es que nos harán a un lado y tendremos que vivir bajo el encuentro de nuevas experiencias. Pero como todos somos celosos en determinado momento, saber manejar este conflicto interior es lo que pretendo que analicemos.
Se trata de aprender a vivenciar desde nosotros mismos en conexión con otros. Así que relacionarnos con los demás es buscar esos puntos que nos unen y no los que nos dividen porque el resultado será aislado ya que no podemos vivir bajo la contradicción y la incompatibilidad.
Nuestra necesidad número uno según Abraham Maslow se refiere a nuestro físico: comer, dormir, salud, baño, etc. Y para conseguir eso y poder existir necesitamos pedir, trabajar, juntar dinero y así conseguir satisfacernos. Pero no por eso tenemos derecho de actuar primitivamente porque resulta que los seres humanos poseemos una caja sentimental que es nuestro principal motor.
Desgraciadamente, cuando vivimos bajo los dictados del ego, vivimos presionados por una exigencia constante y demandante que nos roba claridad mental y paz interior. Que lo que imagines no coincida con tu realidad actora provoca ansiedad.
Si eres de las que usa la envidia para vivir, puedes cambiar de idea y optar por vivir libre de esquemas y de estereotipos.
Es sencillo saber pedir ayuda. Yo siempre he pensado que para emprender es mejor que te digan cómo y estar unidos; porque preferir bloquear el emprendimiento y el brillo del otro no necesariamente hará que tú logres algo y resplandezcas mucho, al contrario, al nublar al otro te ganarías la oscuridad de los demás y como dijo Cicerón: “La sola idea de que una cosa cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral”.
La investigadora Gisela Sierra Otero, de la Facultad de Sicología de la UNAM, explicó que si una persona permite que se prolongue por mucho tiempo una emoción negativa puede generarle problemas de salud, ya que provoca estrés, mayor secreción de adrenalina, así como cambios en el ritmo cardiaco, en el pulso y en los jugos gástricos.
La tranquilidad y la salud son los elementos básicos para nutrir nuestra forma de vida, lo demás llega solito. Simplemente cambia la idea de envidiar por la idea de vivir en comunidad, gozando las habilidades de los demás y permitiendo la aceptación de las cualidades de todos aprovechándolas en tu beneficio y productividad.