The Following

Por Recomendador

licjpa97@prodigy.net.mx

 

Esta es una serie de intriga. Viene de la cadena Fox, años 2012-2013. En 2013 alcanzó una segunda temporada y en 2014 la tercera.

La serie está destinada a espectadores muy peculiares. Aquí, resulta obligatoria preguntarle al amable lector si le gusta ver crímenes seriales con todo y sus detalles más truculentos y crueles.

Si le gusta ver a un loco degenerado que finge lograr la belleza sublime por medio del horror. Si la respuesta del lector fuera afirmativa, sería el caso de recomendarle que se apresure a buscar esta serie.

Pero si la respuesta es que ya bastante hartos estamos, sobre todo en México, con el horror de las truculencias arbitrarias, obviamente este crítico recomendaría abstenerse de esa serie.

Hay una fuerte discusión de si los espectáculos de horror arbitrario son o no válidos y, sobre todo, si le hacen bien o mal al espectador. Unos sostienen que a los adultos ya no nos les hace mal nada porque, supuestamente “ya tienen formado su criterio”. Estos tales, sostienen que los adultos somos inmunes a este tipo de relatos.

Es como si alguien dijera que por ser médico legista, una persona ya no tiene sensibilidad y le ha perdido el respeto a la muerte. O que quienes limpian la suciedad de lugares asquerosos no les importa ya, ni ensuciarse ni soportar olores fétidos.

En criterio de este Recomendador, el que busca solazarse con los detalles de los crímenes más truculentos, cometidos por locos y hace de esto un material suculento y “diversión favorita”, corrompe su percepción de lo bello.

Este tipo de espectadores  caen  en la costumbre de optar por lo pésimo. Su mal gusto se incrementa, y, además, se exponen a dañar su psiquismo. No se debe arrinconar en la vida práctica, las inclinaciones naturales que todos tenemos a optar por lo verdaderamente bueno, lo justo, lo bello y cambiarlo por el plato de lentejas de lo que nos degrada.

No se debe prescindir de la noción más elevada y humana del amor y cambiarla por sensacionalismo.

Creo que hay mucho de enfermizo en las personas que gustan de profanar lo que es bello y se solazan en optar por modas pasajeras y frívolas, o por gustos nihilistas.

Esto hace mal y puede llevar a males psíquicos no deseados. Elegir el sensacionalismo, es optar por el mal gusto y la frivolidad. El argumentista que escribe así y, para prolongar el rating, estira el relato hasta el absurdo, pronto provoca el repudio del espectador.

Todo esto resulta lamentable para quien ama en verdad la vida humana y la quiera vivir mejor posible y darle su auténtico sentido y valor.

Quien opta por espectáculos acríticos en el sentido estético y ético se rebaja a sí mismo. En este caso, el argumentista arrastra al genio poético de Edgar Allan Poe al fango.

Exalta a un loco que practica truculentos crímenes en serie en contra de mujeres hermosas e indefensas.