Sufrido domingo

Por Dante Lazcano

Hay un refrán en la cultura popular mexicana que reza: En tierra de ciegos el tuerto es el rey.

Y es que luego de lo que vimos el domingo en el estadio Qualcomm en donde los Cargadores de San Diego sufrieron lo indecible para derrotar a un equipo como los Cafés de Cleveland, escuadra que ha tenido ocho entrenadores en jefe en los últimos nueve años, que en cuatro partidos ha iniciado dos pasadores, vaya, que no tiene ni pies ni cabeza en lo que a conformación de escuadra se refiere.

 

En cambio el equipo del rayo, es un equipo que cumple su tercer año de trabajo con una directiva y entrenador en jefe, que final entró a la contienda del 2015 con un roster, al que si bien le bajaron la edad de manera dramática, al final en este cuentan con 58 jugadores, entre activos y de prácticas, 21 de ellos cumplen su primera o apenas entran a su segundo año como profesionales.

Quisiera precisar en ese sentido, la escuadra carga con 7 jugadores de primer año o considerados novatos, esto significa que apenas se empiezan a adaptar a la vida de la NFL, administración, amistades, entendimiento de sistema y pulir todo lo que los trajo a la liga para llegar a ser los mejores.

Hay otro grupo que apenas cumple su segundo año, el considerado más difícil en la vida de un atleta profesional que llega a la liga de futbol americano profesional, en este segmento hablo de nueve elementos en el roster activo y un par en el equipo de prácticas.

Si de liderazgo se habla, de aquellos elementos que jalan al grupo, nos encontramos sólo con cuatro que tienen nueve o más años como Philip Rivers que suma doce pero una década de titular, Eric Weddle con nueve, Malcom Floyd con diez  al borde del retiro y el regreso del suspendido Antonio Gates con trece años y si me permiten, a Danny Woodhead, que en el equipo ha estado dos campañas pero con ocho en la liga.

Estoy de acuerdo que el libro de estadística mostraba que los Chargers tenían que ganar por una diferencia superior a las dos anotaciones el domingo pasado dado que Cleveland es un equipo sin ton ni son, y al margen que terminaron con par de receptores sanos, que presentaron a una línea ofensiva parchada por lastimaduras y que en un domingo cualquiera, cualquiera puede ganar, lo cierto es que las cosas no están resultando conforme a lo planeado, y les tengo noticias: faltan doce partidos.

No quisiera que mi postura suene a contradicción respecto a lo que vine diciendo durante la pretemporada y mi evaluación en el sentido que el equipo reaparecerá en la postemporada, incluso hasta como campeones divisionales, pero con ese roster inexperto y lastimado me queda claro que el gran reto será, para el equipo de entrenadores, presentar al grupo más decentemente posible que sepa jugar futbol americano, y sin sonar alarmistas, dejemos el anhelado regreso a los playoffs hasta el 2016.

 

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