Por Guillermo A. Sánchez-Aldana
La idea de que la selección mexicana logre pasar en primer lugar de su grupo en un mundial tras vencer a Argentina y a Alemania suena como un chiste o un sueño guajiro, pero a veces estos sueños se pueden volver realidad. Este es el caso del conjunto tricolor en el mundial sub-17, que tras acabarse la fase de grupos logró superar a rivales de alto nivel y consolidarse como uno de los favoritos para ganarse esta anhelada copa. Y estos triunfos no fueron mera coincidencia, ya que en los 3 partidos el equipo mexicano se vio cómodo en la cancha y se notó el trabajo del técnico y su personal, inclusive en el empate ante Australia que arruinó el paso perfecto de México. Ahora, con la confianza a tope y con el apoyo del público mexicano, estos jóvenes tienen el potencial de repetir la hazaña lograda hace 4 años en México en aquel brillante mundial.
Estas son muy buenas noticias para México, ya que confirma el buen momento que las divisiones inferiores viven actualmente y que el campeonato ganado en el mundial anterior no fue una simple casualidad. Desde el campeonato logrado en el 2005 las inferiores mexicanas han estado en plan grande, y este crecimiento se ha dado en otras divisiones inferiores, tales como la sub 20 y la sub 23, esta última que viene de un exitoso preolímpico y se perfila como favorito en Rio 2016. Los procesos se han respetado y a pesar de que no todos los jóvenes campeones se han consagrado en primera división o en el extranjero, los que han logrado dar el salto se mantienen en buen nivel y siguen siendo referentes en la selección. Y así como se han perdido varios jugadores entre divisiones, uno espera que el sistema de selecciones mexicanas se vaya perfeccionando lentamente y algún día poder replicar lo que hacen grandes selecciones como la alemana que con una misma base se logra ganar el mundial.
Es fácil criticar las cosas malas que hace la federación mexicana, pero también hay que reconocer cuando tienen una buena idea y es empleada correctamente. Esto es en referencia a la regla que se creó hace algunos años, la cual requiere que los equipos mexicanos le den minutos a jóvenes menores de 21 años de edad. Esta regla, apropiadamente llamada la Regla 20/11, ha servido para darle la oportunidad a jóvenes que quizá no hubieran tenido la oportunidad de jugar de otra manera. Y a pesar de que esta regla se ha cuestionado mucho, jugadores como Javier Hernández y Andrés Guardado, ambos referentes en la selección mayor sin haber pasado necesariamente por un proceso en selecciones inferiores, salieron de esta regla y el futbol mexicano se ha beneficiado por ello.
Con un excelente proceso en selecciones inferiores y con los equipos mexicanos apoyando el talento juvenil, no hay duda que México se ha vuelto una potencia en estas divisiones y que si siguen así el futuro se ve muy positivo para México.
gsanchez-aldana@outlook.com
*Estudiante de la Universidad Estatal de SD, apasionado del fútbol