Por Dante Lazcano
Quizá si el tema de la posible mudanza de ciudad no estuviera tan caliente con los Cargadores de San Diego, le puedo apostar amigo lector que la posibilidad que Philip Rivers termine su carrera con otro equipo sería motivo de cadentes debates y obvia molestia entre los aficionados.
Al margen que no es precisamente santo de mi devoción, bien o mal Rivers es un pasador probado, su carrera lo avala, sus números hablan por él y al dedicarse a meter números gana partidos y mantiene al equipo peleando en el grupo de los que aspiran a participar en la postemporada.
Lejos de revivir el tema que sólo tres mariscales de campo de más de treinta y tres años han ganado el Súper Tazón como John Elway dos veces, Tom Brady una y Brad Johnson otra, y que Rivers con 33 años pudiera enfrentar el hecho que la ventana se le cerró, lo que es un hecho es que en este momento es quizá el activo más valioso con que cuenta el roster de los electrizantes.
Por lo mismo es que la directiva del equipo, ante el declive que pudiera observar la carrera del jugador en las siguientes temporadas es que consideran tomar a un mariscal de campo en el siguiente reclutamiento de jugadores colegiales.
Si bien alguna vez me dijo Tom Telesco, gerente general del equipo, en un viaje del equipo la temporada pasada, previo a asistir a un partido colegial a observar talento, que todas las posiciones considera después de preguntarle que si iría a buscar pasador, el hecho que hayan tenido sesiones privadas con Brett Hundley de UCLA, Garrett Grayson de la Estatal de Colorado o Marcus Mariota de Oregon sólo habla que hay una preocupación en el futuro de la posición e irán por uno, ya sea negociando selecciones o hasta jugadores.
Quizá ya se olvidó el hecho que cuando Rivers llegó al equipo en el 2004 fue pensando en darle estabilidad a la posición, misma que Drew Brees no se la daba, aunque al final de ese año el equipo se metió a la postemporada por vez primera en casi una década y un año después dejó al equipo con una severa lesión en el hombro.
Por lo mismo soy de la opinión que Rivers por lo menos cumplirá su último año de contrato y en el supuesto caso que los del rayo tomen a un “corebac” en el draft en dos semanas, tendrá la oportunidad de estar en la banca un año madurando pensando que el 2016 debute como el nuevo titular de la posición.
Pero en el supuesto que Rivers sea negociado a Tennessee para garantizar al joven pasador no sería la primera vez que una franquicia haga esta clase de movimientos, tan sólo recordemos a Peyton Maninng y Andrew Luck o Aaron Rodgers y Brett Favre.
Ahora que si de pensar maliciosamente se trata, tener a un pasador joven recién egresado de la universidad sin duda que hasta para efectos de imagen es ideal para la franquicia, claro si es que la idea es Los Ángeles como si nueva sede, además de todo lo deportivamente implícito.
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