Por José Pablo Valenzuela
Cuando yo era pequeño mi familia solía decir que yo era “muy preguntón”, me pedían prudencia al interactuar con los demás y que dejara de cuestionar todo de un momento a otro. Con el pasar de los años me enseñaron que preguntar podría ayudar a aprender de otras personas, y yo pregunté bastante, o quizás no tanto ahora que lo pienso.
Yo crecí con la filosofía de “no hay pregunta tonta, solo tontos que no preguntan”, con esto podrás entonces imaginar cómo fui (y sigo siendo) como alumno. Sin embargo, algo que jamás imaginé es que algo que en mi familia me pedían que hiciera con menor frecuencia, en la vida me lo sugirieron para conocer mejor a las personas y en la escuela me alentaban a hacer, se fuera a convertir en mi profesión y aunado a esto, que fuera tan poderoso. ¡Así es! Soy preguntón profesional y la gente me contrata para que le haga preguntas (te prometo, no estoy bromeando con esto).
Existe una disciplina que se llama Coaching, y por si no habías escuchado hablar de ella, es una disciplina que te enseña a realizar las preguntas correctas y quiero compartir esta útil herramienta contigo. ¿Cómo lo voy a lograr? Simple, explicándote cual es la diferencia entre un “¿Por qué?” y un “¿Para qué?”, con esto tú podrás realizar la pregunta correcta y ayudarme a compartir la importancia de esta gran pregunta.
Por lo general el ¿por qué? lo utilizamos en un tono interrogativo para cuestionar a alguien en diferentes momento de su vida e incluso les pedimos en cierto momento que busquen su “porqué en la vida”, sin darnos cuenta que esta pregunta nos lleva a defendernos, o sencillamente a dar excusas sobre nuestras acciones o palabras, como respuesta. Pero, qué pasa si cambiamos el “¿Por qué?” por un “¿Para qué?”; como decimos nosotros los coaches, estamos realizando una pregunta más creativa que invita a descubrir y abrir posibilidades, generando conciencia, claridad y acciones con sentido para tu futuro al momento de responder.
Ahora, como Coach que soy me, atrevo hacerte la siguiente pregunta… ¿Cuál es tu ‘para qué’ de vida? Antes de contestar detente un poco para que analices la respuesta, te sugiero que escribas las respuestas ya que estoy seguro que son más de una. Una vez que hayas escrito las respuesta, te invito a que nuevamente te preguntes, “¿para qué?”, sobre cada una de las respuestas y te darás cuenta que tienes más motivos, (y quizás menos superficiales), de los que imaginabas. Ahora, ¿me vas a decir que no es mucho más poderoso un “Para qué”?, déjame explicarte que hace tan poderoso a esta interrogante. Si analizamos las respuestas que se dan y las distintas ideas de respuesta que vienen a tu mente, llegas a ese momento en el que te das cuenta que tienes una fortaleza única, que posiblemente no sabías que tenías y espera ahí dentro a ser liberado y darte cuenta del gran potencial que tienes pero aún no utilizas, esa es una de las partes más asombrosas de esta herramienta.
Esta semana tienes un compromiso, el de compartir el poder de un “¿Para qué?” con tus hijos, amigos, compañeros de trabajo, familia, etc…
¡Un gusto poder escribir y compartir contigo!