Por El Recomendador
Nace el canal 26.1 (KVSD) de San Diego captable por el aire, gratis. Ya está siendo incluido en los paquetes que venden las compañías, por cierto, a cuotas muy caras, y con una deplorable calidad en su programación.
Siempre es un acontecimiento el que nazca una estación. Durante mucho tiempo pasaron fotografías preciosas de San Diego y no sabíamos qué iba a venir. Ahora nos damos cuenta de que se trata de una estación mexicana, quizá de las concesionadas recientemente. Más adelante precisaremos ese dato.
La nueva estación anuncia tener “una novedosa programación, y un concepto basado en el estudio de los gustos y preferencias de hombres latinos” (sic). Además, dice que va a contar con producciones exclusivas “para el género masculino” y que su tono será “desenfadado, irreverente, y con el toque característico de la broma mexicana”.
Parece que afirman haberse basado en un estudio mercadotécnico del televidente medio: masculino y joven. Quieren engancharlo. A este Recomendador, con una ancianidad avanzada en curso, no le es fácil ver en esa mercadotecnia y en esa ostentación publicitaria más que dos cosas: 1.- Dime de qué presumes y te diré de que careces; y, 2.- Que quieren colarnos el estereotipo del “joven exitoso de clase media y alta”, que es inculto, despilfarrador, frívolo y consumista. El que vive repleto de lugares comunes y, en suma, de esa vaciedad ostentosa que centra su vida en los productos, dizque finos y en emisiones sensacionalistas y escandalosas.
Ofrecer lucha libre: el fantasma de la ópera contra un luchador gringo, sería una pantomima fuera de época y plagada de todo lo que acabo de describir con tanta crueldad necesaria. Ofrecer futbol americano con guapas jovencitas en bikini, aparte de algo vistoso para la pupila, no ofrece ingenio alguno. Prometen ofrecer estrenos y programas en vivo que aún no los muestran.
Si les preguntáramos a las damas a las que repugna la discriminación sexista, si los varones a los que está dirigido la televisora fueran como ahí se dice, ¿les darían el sí como novios? O si todavía se aspirara a maridos estables y querendones, ¿elegirían a mequetrefes, así, como esposos?
Me temo que las respuestas serían algo majaderas, ante tal estereotipo de varones exitosos. Oiríamos un ruidoso repertorio nutrido de maldiciones contra quienes les dijeran que ahí está su varón ideal, como lo cree la nueva televisora. Sería una franca ofensa para ellas; y, quizá también, para varones no tan exitosos como los que nos presentan ahí. Pura mercadotecnia que ahora se publicita.
Ofrecemos, claro, el beneficio de la duda para esta estación. Tal vez se componga. Pero, en todo caso, serán nuestros lectores los que dirán la última palabra eligiéndola o rechazándola. En cuanto al gobierno, no queremos hablar mal de él. como hoy se hace tanto. Pero si las concesiones de nuevos medios se dieron tan mal, pues tendremos que criticar, en lugar de “tocar madera…”.