Por Guadalupe Rivemar
A veces pienso que las fronteras son un estorbo. Detienen. Y sin embargo la gente va y viene. Tijuana nos enseña a sortear, rebasar e ignorar barreras. Nos enseña lo que es vivir al límite, a sentirnos parte de ese vaivén que provocan los grupos de migrantes en continuo movimiento.
En San Diego existe un espacio para reconocer el valor de los migrantes que han llegado a Estados Unidos, el New Americans Museum, ubicado en el Distrito de arte de Liberty Station, fundado por Debora Szekely en el 2001.
Szekely es una guerrera en muchos sentidos. Es una de las activistas y filántropas más importantes del Sur de California y ella ha vivido también la “frontera porosa” puesto que junto con su esposo, creó en 1940 lo que hoy conocemos como Rancho La Puerta, en Tecate, Baja California y es parte de esa multitud que cruza una y otra vez la línea.
Por su trayectoria de vida en favor de sus acciones para promover el entendimiento entre México y Estados Unidos, basta decir que esta extraordinaria mujer -quien de seguro también ve las fronteras como un freno- fue condecorada con la Orden del Águila Azteca en el 2012.
El Museo de los Nuevos Americanos ha sido reinaugurado para celebrar la diversidad cultural, con dos importantes exhibiciones. Tejiendo un nuevo hogar-San Isidro, Colombia, presenta una colección de 15 tapices de lana, tejidos como parte de unos talleres que impartió la prestigiada artista Olga Amaral a mujeres que vivían en asentamientos marginales de Medellín y Bogotá.
Los tapices son una secuencia visual del desplazamiento que padecieron debido a conflictos armados y fueron adquiridos por Deborah en la década de los ochenta. La exhibición se presenta al público por primera vez y se complementa con textos e imágenes de Patrick Breslin, fotoperiodista quien se trasladó hasta Colombia el año pasado, con el fin de obtener un testimonio oral y visual de la vida de estas familias 30 años después de la experiencia con Amaral.
Mujeres que crean es la otra exposición que presenta obra de Carolyn Castaño, una artista radicada en Los Ángeles, ganadora de premios y becas internacionales.
Su trabajo incluye video, pintura, cajas de luz y una gran impresión digital en una cortina. La artista, después de un largo proceso de convivencia y trabajo directo con mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, exhibe obras donde son presentadas adoptando una pose seleccionada de alguna obra del arte universal. Castaño ha tenido interés en trabajar con mujeres que también son víctimas y sobrevivientes del narcotráfico.
En conjunto, las obras constituyen una narrativa de resilencia y nos demuestran que las intervenciones artísticas con grupos vunerables, rinden frutos en la reconstrucción individual y social.
La historia que trajo Breslin, nos habla de mujeres que siguen tejiendo y han convertido su habilidad, en una forma de vida. El Museo de los Nuevos Americanos bajo la dirección de Linda Caballero, guarda muchas historias, tiene abierta una cabina para grabar los testimonios de los migrantes, como un tesoro para ser compartido eventualmente. Migrantes que van, vienen y rebasan fronteras que como les decía, me parecen un estorbo.