Por Juan Carlos Ochoa
Mucho se ha hablado de los llamados Millennials, para los que no saben es la generación de personas nacidas aproximadamente entre los años 1980 y 1995, que precisamente se hicieron adultos durante el cambio del milenio. Actualmente conforman el 30% de la población en latinoamérica y para el 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral del mundo.
Y digo que mucho se ha hablado de ellos porque son una generación con caracterísitcas y necesidades muy diferentes a las anteriores, por ejemplo, son digitales, su vida social y laboral esta integrada en los medios electrónicos. Son también más idealistas e individualistas, bien preparados académicamente, con la capacidad de resolver varios problemas de forma simultánea, con alta capacidad de adaptarse a nuevas condiciones de vida como cambiar de ciudad donde viven y cambiar de trabajo.
En marketing y en los negocios el análisis de los millennials es algo de todos los días, se busca conocer la manera como esta generación se va a desarrollar y el aporte que tendrán al desarrollo del mundo en el que vivimos. Es por esto que me llamó mucho la atención un artículo en la revista Forbes de la semana pasada que decía que al menos en Inglaterra, una de las mayores economías del mundo, se preevía que los Milleninals serían la primera generación en generar menos que la de sus padres. El artículo dice que en parte este grupo poblacional tiene una situación complicada, la vivienda es más cara y de más difícil acceso y que además tienen que generar para poder solventar la carga de los planes de pensiones de los retirados.
El punto que captó mi atención es que con todas las nuevas cualidades que naturalmente desarrolló esta generación tal vez no les “alcance” para superar sus debilidades, como lo son la de ser malcriados por así decirlo, al crecer en prosperidad económica muchas cosas se les dieron fácil y crecieron de manera cómoda. Son también narcisistas y tienen problemas para lidiar con la autoridad, de cierta manera quieren hacer lo que deseen o como se sientan mas cómodos. Lo quieren todo rápido y tienen poca voluntad de adaptación, por lo que tambien se les ha tachado como flojos.
Mas allá de criticar a otra generación por ser diferente, es preocupante que tal como pasó en Inglaterra nos veamos en la situación de no crecer económicamente cuando tanto lo necesitamos. Porque dejando de lado el artículo, es muy notorio que al emplear gente de esta generación es muy evidente su apatía por aprender y pertenecer a una organización, lo que deriva en una carencia para esforzarse y sacrificarse por lograr un objetivo ya que todo lo quieren al instante. Es muy común que solicitan empleo buscando el puesto de “dueño” y que si se les llama la atención prefieren desistir que corregir.
Estamos en tiempo para que las cualidades de esta generación superen a sus antecesoras y generen un cambio relevante en el país, claro que ellos tendrían que primero decidir hacerlo.