¿Mercancía chafa o de buena calidad?

Por El Recomendador

Cuando uno va a comprar algo y le dan mala calidad, se indigna. Harto ya el lector de relatos chafas, acaba por rechazar serie tras serie, muy decepcionado. Abrimos aquí una enumeración de lo que es la mala calidad: los espectadores de películas y series estamos ya hartos de tanta basura. Y, para finalizar, doy dos ejemplos del tipo de relatos que sí pasan. Claro está que, en esta ocasión, El Recomendador no se dirige al lector al que todo le da igual, al que compra sin chistar cualquier cosa ni al que sigue y sigue con los bodrios porque acostumbra a prender la tele y ver “lo que sea” (risas).

1.- Lo “chafa”. Algunas características de las series y películas que se convierten en mercancía deplorable y que estafan a la audiencia:

a.- Relatos que no relatan nada. La acción se da en tres o cuatro planos, épocas y lugares, a la vez, y en ninguno sucede casi nada inteligible.

El conjunto es incoherente, y deliberadamente no se plantea ni un nudo ni se da desenlace. El autor de la película o de la serie no pudo, en su limitada o tortuosa mente, poner una introducción ni tampoco un nudo ni menos un desenlace coherente: El ejemplo está en El Cielo de medianoche (The Midnight Sky), película cuyos personajes y hechos son como un rompecabezas en el que no embona ninguna de las piezas.

b.- Relatos y diálogos incongruentes en los que todo resulta oscuro, incoherente. Relatos sacados del absurdo, pero no por creatividad literaria, sino por falta casi absoluta de ella. El lenguaje es tan retorcido que sabemos que nadie habla así en la realidad ni se pueden contar de esa manera las cosas que suceden. Un ejemplo es la película Virgen de San Juan (de los Lagos), Cuatro siglos de milagros.

Se trata de una película que relata que hay una fe religiosa auténtica y que tiene el mérito de haberse valido de actores no profesionales. Sin embargo, es fallida por haber descuidado el relato de los hechos, así como los diálogos que son pésimos y fallidos.

  1. c) Las series turcas son, en su inmensa mayoría, una tomadura de pelo para el auditorio: sus relatos no terminan nunca porque están planeados para durar por temporadas. Dejan al espectador con un palmo de narices en cuanto al desenlace y exageran desmesuradamente todo: hechos, actitudes, rectitud, prodigios, y afectividad. Sus sentimentalismos son archi llorones y sobreactuados.

2.- Tipo de relatos sencillos y claros. La BBC de Londres heredó algunas veces la amenidad y sencillez para relatar de Charles Dickens. Por ejemplo, en La excavación (The Dig), película cuya acción ocurre poco antes de iniciarse la 2da Guerra Mundial: Una viuda británica contrata a un arqueólogo excavador para indagar qué hay en unas misteriosas formaciones en sus tierras y descubre algo asombroso.

Maravillosos y congruentes hechos y diálogos nos acompañan hasta un final conmovedor. La hermosa viuda, su niño, el muy humano excavador y los demás personajes son bondadosos y francos. La viuda muy enferma, se sincera recomendando a su primo no engancharse en la guerra. Es pacifista. Lo demás no se cuenta, es digno de verse.

Lo mismo sucede con la película indonesia para niños sobre familia y perros, June y Kopi.