Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez
En medio de candidatos que según no eran candidatos todavía, encuestas para confirmar a la que ya se sabía y descartar al que ya se sabía, entre otras más noticias hubo una a la que quizás no le dio la atención debida, pero que su impacto es relevante en el ámbito laboral. Con el antecedente de varios años de incrementos sustanciales al salario mínimo, un aumento a los días de vacaciones más las propuestas de llevar la prima vacacional del 25% al 50%, reducir la jornada laboral e incrementar el aguinaldo a 30 días de salario base, la más reciente propuesta de reformar la LFT significa otro destemple más al sector patronal.
En días pasados se dio a conocer que la senadora Patricia Mercado del partido Movimiento Ciudadano, presentó una propuesta que en sus palabras pretende que se le dé un trato digno al trabajador, además de terminar con el área gris del artículo 132, mismo que establece que es obligación del patrón mantener el número suficiente de asientos o sillas, tanto del sector del comercio como en el industrial.
Esta propuesta establecerá no sólo que se les provean sillas a los colaboradores, sino que estas sean con respaldo; no se podrá establecer que sea obligatorio para el empleado permanecer de pie toda la jornada tal como suele suceder en algunos comercios o incluso plantas de manufactura; en caso de que algún centro de trabajo incumpla con esta nueva se hará acreedor de una sanción económica.
Es definitivo que el impacto a primera vista será para restaurantes, hoteles, tiendas de autoservicio y todo lo relacionado con el servicio al cliente. Pero no se puede dejar fuera de la ecuación al sector industrial en el que un gran número de los procesos llevados a cabo son operados por trabajadores estando de pie durante toda su jornada. Hay empresas de este sector que no proporcionan sillas simplemente para no incurrir en ese costo, pero también es justo decir que otras tantas lo han venido haciendo desde hace ya varios años como resultado de implantar metodologías de manufactura esbelta que buscan la eficiencia y para que esto suceda, el personal debe estar de pie.
Sin embargo, no siempre se consideran medidas ergonómicas. En casos en donde no proporcionar sillas es solo por ahorro, la ergonomía es considerada un lujo aun cuando se sabe que laborar parado por tiempos prolongados resulta en fatiga, tensión muscular en espalda y piernas por no haber suficiente flujo sanguíneo, sin mencionar problemas de varices entre otros más.
Esta reforma sin duda alguna representará un reto económico para los que operan con gente de pie en el sector servicios. Pero el reto se ve aún más complicado para las plantas de manufactura, las mismas que han invertido tiempo, dinero, ingenieros, asesores y otro tipo de recursos en el diseño de la distribución de las fases de los procesos de producción para que el ensamblador u operador pudiera desempeñarse de pie.
Con estas iniciativas no sólo se ha tratado de incrementar la eficiencia en la manufactura del producto, sino también disminuir el uso de metros cuadrados establecidos. Las empresas que genuinamente retiraron sillas para contar con más espacio de producción, a partir del inicio de la vigencia de esta nueva reforma, deberán rediseñar nuevamente sus procesos para hacerle “campo” a las sillas. Este reto de proporcionar sillas no es mínimo, considerando que en esta región existen plantas que rebasan incluso los cinco mil trabajadores.
Se sobreentiende que el objetivo de este tipo de reformas a la ley laboral es sin duda alguna mejorar el bienestar del trabajador y que son rezagos que prevalecen en nuestro país.
Aquí la gran incógnita va a ser el tiempo de transición, si es que lo va a haber. Y entonces, al incremento en aguinaldos, en salario mínimo y en días de vacaciones, agregándole una reducción en la jornada laboral, ahora hay que sumarle la compra inmediata de sillas.