Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez
En mi participación anterior comentaba que la ley de subcontratación ya era más una realidad que una probabilidad. Al día de hoy se acabaron las probabilidades y esta nueva ley es sin lugar a dudas una realidad, ya después de haber sido discutida y aprobada en ambas cámaras finalmente se publicó en el Diario Oficial de la Federación el pasado viernes 23 de abril para entrar en vigor a partir del día siguiente, así sin grandes sorpresas, con lo pactado y con lo esperado por la gran mayoría. Quizá la única sorpresa para algunos fue la fecha de inicio de su vigencia, ya que se pensaba en el 1ro de mayo como la fecha simbólica para hacerlo. Pero no será así, muy probablemente se hable de este tema, pero como algo ya concretado.
Definitivamente algunos sectores se verán más afectados que otros. En el sector maquilador habrá empresas que deberán reevaluar su modelo de operación, sobre todo aquellas que tienen temporadas de producción con un marcado contraste y que este esquema les permitía abordar las temporalidades con bastante practicidad. Manteniendo una base durante todo el año, y en temporadas altas subcontratar los elementos que fueran necesarios para hacer frente a la demanda de producción. Situación similar para el sector turístico. Las empresas más ágiles o con más recursos buscarán la forma de absorber en su nómina al personal que solía estar bajo un esquema de Outsourcing o hacer más eficiente y flexible su operación con el fin de contratar menos gente. Ahí puede haber una pérdida de empleos.
Pero se puede anticipar un impacto mayor en las pequeñas y grandes empresas PYMES del sector servicios, ya que es probablemente uno de los que más llegaba utilizar la subcontratación como modelo de negocio al operar casi con la totalidad de su personal contratado por medio de un tercero que administraba la nómina, hacia frente a complicaciones laborales y en ocasiones hasta fungía el papel de una especie de Recursos Humanos ante la falta de estructura de estas pequeñas empresas que en conjunto representan un alto volumen de empleos. Al igual que en el sector maquilador, habrá PYMES que puedan absorber al personal que solía estar subcontratado, pero habrá quienes definitivamente no podrán y deberán cerrar su operación con todo y la perdida de los empleos que generaban. Sin embargo, también es un hecho que otras surgirán en el nuevo contexto.
Las empresas de outsourcing que solamente ofrecían contratar personal para realizar actividades esenciales para otra empresa es posible que hoy estén ante el reto más grande desde su origen, ya que dicho esquema queda totalmente prohibido. Quienes puedan justificar una especialización, tienen la esperanza de sobrevivir o incluso seguir operando de manera exitosa. Pero en ambos casos es muy seguro que estén con la ansiedad de saber que en 30 días después de la entrada en vigor de esta ley la Secretaria del Trabajo publique las disposiciones de carácter general del registro para el padrón en el cual deberán darse de alta. Para las empresas que subcontratan personal para realizar actividades esenciales de acuerdo a su objeto de trabajo, estas cuentan con noventa días para transferirlos como empleados propios.
Tal vez esta ley que regula la subcontratación limitándola a situaciones muy específicas venga a ser una especie de meteorito que extinguirá a la mayoría de las empresas de outsourcing y que solamente aquellas que sepan adaptarse de manera ágil e inteligente serán las que sobrevivirán a este parteaguas laboral.