Por Guadalupe Rivemar
Hay temas inagotables. La migración es uno de ellos. Es que la gente no cesa de moverse, de trasladarse de aquí a allá, de una ciudad a otra, de un país, a otro, de un sueño a otro. Por lo general en nuestra mente existirá ese otro sitio donde pensamos que estaremos mejor, donde encontraremos diversión, prosperidad, alegría, trabajo o el amor, porque no decirlo. La gente va y viene por muchos motivos y el amor es uno muy importante.
El caso es que también las aproximaciones para abordar el tema de la migración van desde el social, el académico, el económico, el literario, etc. y por supuesto desde el arte se encuentra otro sinnúmero de variantes para reflexionar sobre este complejo fenómeno que nos marca como ciudad fronteriza.
El Museo de los Nuevos Americanos de San Diego, instalada en Liberty Station, presenta una exhibición singular que se llama Maletas Migrantes, donde permanecerá hasta el 2 de octubre. El curador de esta exposición explica que “Maletas Migrantes es una exhibición de 50 maletas intervenidas por 50 artistas contemporáneos a través de diversas técnicas.
La muestra propone un espacio para la exploración visual, que atrae la atención a las contradicciones, pertenencias, negociaciones y diálogos presentes en el cruce emocional y geográfico de los migrantes. La maleta, como figuración alegórica del desplazamiento, del tránsito, la pérdida y de la capacidad del hombre de crearse y recrearse, es el punto de partida, la unidad básica que detona la acción de los artistas.
La maleta se presenta como el contenedor de los afectos: un espacio íntimo dentro del cual el migrante lleva consigo la memoria y los anhelos; su pasado, presente y futuro”.
Después de conocer la exposición, cada vez que usted piense de nuevo en una maleta ha de hacerlo con una nueva mirada puesto que hemos redescubierto al objeto que traslada lo esencial de uno mismo. Fotografías, un libro, una prenda especial.
Que el arte nos sugiera siempre una nueva mirada, nuevas interpretaciones y significados de los objetos más cotidianos es parte de la experiencia creativa. Los artistas que intervienen las maletas de esta exhibición, cuidadosamente han recreado historias reales o imaginadas de lo que han depositado desde siempre, en sus maletas, los migrantes del mundo, los que son arrojados o desplazados de sus lugares de origen.
Ahí se van encerrando en la maleta, los pedacitos de vida, de ciudad y de país que cada uno ha decidido llevarse en ese pequeño espacio donde cabe todo, también los deseos y las ilusiones. Y nunca se sabe si hay regreso en cada travesía.
Esta exhibición itinerante se presentó por primera vez en el Museo de la Memoria y la Tolerancia en la Ciudad de México, auspiciada por la Fundación Ford y desde entonces ha viajado por distintas ciudades.
Estuvo también en el Centro Cultural Tijuana y quienes no tuvieron oportunidad de apreciarla, ahora pueden hacerlo en este recinto de la vecina ciudad de San Diego.