Por El Recomendador
La noche de anoche me acordé de una de las mejores películas francesas que vi en 1953 en mi ya lejanísima juventud. La película de Netflix Riesgo bajo cero, (Ice Road) me hico recordar a la película aludida: El salario del miedo.
Naturalmente hoy se agrega y agrega un barroquismo sensacionalista y a algún malo muy malo, con un equipo idealmente perverso, corrupto y matón tenga tres o cuatro resurrecciones después de haber sido penosamente descontado por los buenos.
No, El salario del miedo nos hizo volar la imaginación y la emoción por las aventuras hasta el delirio, sin necesidad de tanto barroquismo o exageración como hoy se estila. Por eso, tan evocador filme de Clouzot fue premiado como genuino cine de arte en 1953 en el Festival de Cannes con la Palma de Oro, mejor actor (Charles Vanel); en 1953 en el Festival de Berlín con el Oso de Oro y en 1954 y con los premios BAFTA como la mejor película.
Y sí, se trata quizá de una de las mejores películas de aventuras de todos los tiempos. La buena memoria nos hace todavía estremecernos después de casi setenta años con las cargas de dinamita que transportaban con gran tensión cuatro trabajadores del volante de una compañía petrolífera a punto de estallar durante un peligroso viaje durante en el cual transportan nitroglicerina desde las alturas de los pinares y a partir de la miseria del pueblo de “Las Piedras” del que no pueden escapar: “…no hay trabajo, no hay dinero, hay deudas con la justicia en otro sitio. Están allí por conveniencia, adormilados por el calor, atontados por el paludismo, tambaleantes por el licor. Cucarachas, moscas, vendedores ambulantes, mujeres de ojos tristes, niños solicitando una limosna”.
Esta obra maestra del suspense que es una odisea desgarradora se puede ahora mirar sin pagar: https://descargacineclasico.net/el-salario-del-miedo-1953
Reseñemos ahora un poco el Riesgo bajo cero:dirección y guion de Jonathan Hensleigh. Síntesis: Una remota mina de diamantes ha colapsado dejando atrapados a un grupo de mineros en una región lejana y helada de Canadá.
Como parte de un equipo contratado para rescatarlos, el experimentado conductor de una quita hielos emprende un rescate imposible, teniendo que luchar contra una carretera helada, contra las aguas que están descongelándose y contra una amenaza que no ve venir de un equipo de perversos asesinos que quiere la muerte de los mineros para hacerse de mucho dinero.
Los críticos coinciden en que esta película, aunque trata de aventuras muy emocionantes, no le llega ni a los talones a su modelo evidente, la película francesa ya aludida.
Dennis Harvey del Variety nos dice que: “…rodada en Manitoba, es, sin embargo, demasiado frenética y artificiosa… aunque, en general, está ejecutada con sólida profesionalidad”.
Otro de Los Ángeles dice que el filme alude a varias nociones sociopolíticas del mundo real. Pero carece de empuje. No nos resta sino agregar que hay estiramientos artificiales para que los más malos de los más malos, especialmente uno, se repongan después de varios nocauts para cometer más y más perversidades, hasta que, por fin…
(La noche de anoche, ¡Qué noche la de anoche!).