La mentira duda mientras la verdad llega

Por Jaime Bonilla Valdez

No hay duda de que los gobiernos mediocres deben destinarle muchos dineros a intentar limpiar su  rostro. Es más fuerte el gasto en publicidad, propaganda, ingeniería de imagen, redes sociales, asesores y todo ese barril sin fondo que se chupa los recursos públicos, que el presupuesto para actividades prioritarias.

Estuvo de moda tener gobiernos que quieren limpiarse la mugre de la cara y la sangre de las manos a golpes de publicidad. Acabamos de verlo a lo largo del sexenio infausto de Enrique Peña Nieto, quien llegó a gastar un promedio de 9 mil millones de pesos cada uno de los años de su sexenio. Esto es, ¡un millón de pesos por hora para sobornar y silenciar!

Sin ir más lejos, aquí en Tijuana tenemos un ejemplo cercano, pues la administración del alcalde Juan Manuel Gastélum le sigue los pasos a ese gobierno de frivolidad, gastando hasta lo que no tiene en gasto publicitario,consultores, asesores, contenidos de internet y hasta en actividades que no debieran traducirse en un gasto oneroso como las reuniones de trabajo.

Es un hecho que el gobierno municipal le ha destinado millones de pesos a los negocios de sus familiares y amigos, y por eso su reclamo de que no gastará el dinero de los tijuanenses para atender la caravana migrante llega tarde. Ya se lo gastó, y hoy pide recursos a la federación para alimentar a los centroamericanos que llegaron a la ciudad.

Por si fuera poco las cifras no cuadran. De pronto en Tijuana se desvanecieron 3 mil centroamericanos pues de 6 mil 062 que se dijeron atender en el refugio de la Zona Norte, solo hay  poco más de 2 mil 100 en El Barretal. 

Y mientras exige 100 millones de pesos, y dice que diario gastan 550 mil para sostener el albergue de la Zona Norte, su tesorero y la Oficial Mayor lo contradicen y revelan que no se han destinado tales cantidades pues se trataba de horas hombre pues los alimentos fueron proporcionados por la federación y por iglesias y organizaciones civiles.

En resumen, Gastélum Buenrostro pasó de ejercer un presupuesto de 5 mil 914 millones a disponer de 7 mil 358, una diferencia de mil 444 millones de pesos  que fueron destinados a pagos de  publicidad, reuniones,asesores que no son otra cosa que sus amigos y familiares. Y para 2019, proyecta un presupuesto de 7 mil 709 millones.

Es, en una palabra, la radiografía de un gobierno frívolo al que no le han importando los tijuanenses, y que hoy pone de pretexto un éxodo de centroamericanos para justificar lo que ya derrochó.