La eficiencia con las jornadas más cortas

Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez

Se ha visto que los países en donde se hace mayor énfasis en el bienestar del trabajador son aquellos con un índice de Desarrollo Humano más alto que el resto. Estos países suelen ser nórdicos, pero también han empezado a agregarse a este grupo otros como Nueva Zelanda o Canadá.

Entre las mejoras a las condiciones laborales que se han hecho en esas regiones del mundo es la de reducir la jornada a cuatro días, dejando tres para el descanso. De tal forma que lo que en países como el nuestro solemos llamar un largo fin de semana, para ellos es algo ordinario. Otro país que se suma a la lista de cuatro días laborales es España.

En México la jornada laboral legal es de 48 horas cuando es diurna, 42 cuando es nocturna y 45 en jornada mixta. Sin embargo, es sabido que el tiempo que le dedica un trabajador a su empleo va más allá de las 48 horas mencionadas.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) el número de personas laborando por jornadas extendidas incrementó en casi 700 mil. Lo anterior representa alrededor de una tercera parte de la población con empleos subordinados. En palabras más sencillas, uno de cada tres empleados trabaja más allá del límite legal.

Jornadas extendidas no es sinónimo de mayor productividad, ya que según la revista Expansión mientras en México se trabajan las casi 50 horas semanales, en países como Alemania, Dinamarca y Noruega sólo se completan 27 horas. Pero por otro lado en tanto que un mexicano en nuestro país produce 22 dólares por hora, un alemán 72 dólares. El europeo produce más del triple trabajando la mitad. Esto habla de las condiciones laborales avaladas por nuestra legislación son además de inhumanas para estos tiempos, bastante ineficientes. 

Si bien, es cierto que reducir la jornada laboral a cuatro días significaría un mejor balance de vida, menor estrés y mayor tiempo de ocio, también es cierto que un cambio de esta magnitud conllevaría una serie de retos para varios sectores, entre ellos el de mayor presencia en esta región que el manufacturero, ya que es sabido que aún cuando las jornadas laborales que legal y tradicionalmente están diseñadas para suceder de lunes a sábado, las empresas han distribuido las 48 horas de trabajo de lunes a viernes.

Esto sin mencionar aquellas empresas que tienen turnos llamados de 4×3. Una reducción de jornada definitivamente los obligaría a ser más eficientes y apostar por la automatización de procesos. Esto solamente en la maquila, sin contar otros sectores como el de servicios en el que se incluye a tiendas de autoservicio, restaurantes, entre otros más, que seguramente también significaría un reto mayor.

La reducción de horas laborales es una necesidad apremiante para el trabajador subordinado que definitivamente no sucederá por impulso y seguimiento del patrón o empresario.

Esto sucederá cuando sea obligatorio por ley. Pero de suceder, tampoco puede serlo de la noche a la mañana ya que el impacto a la economía sería catastrófico. Deberá ser gradual, organizado y estructurado. Pero sin duda alguna, debe de suceder.