Por Adriana Zapién y Valente García de Quevedo
Cuando uno piensa en Mexicali lo primero que se viene a la cabeza es mucho calor. Mexicali ha llegado a ser catalogado como el lugar habitado más caliente de México y forma parte de la lista de las 10 ciudades más calientes del mundo entre las cuales se encuentran Jizán, Arabia Saudita; Bangkok, Tailandia; Las Vegas, Estado Unidos y El Cairo, Egipto.
En junio de 2021 el termómetro marcaba un nuevo récord en Mexicali con 51.4 grados centígrados y según la Conagua ese fue el día más caluroso desde 1948 que se habían registrado 51.0 grados centígrados. Pero más allá del calor y después de este preámbulo sobre las temperaturas récord en esta tierra de clima desértico; su valle es una tierra fértil gracias a los mantos acuíferos derivados de Río Colorado y a la migración china.
Al visitar en Mexicali, Valente y yo no encontrábamos algo que fuera atractivo visitar; así que cuando íbamos nos limitábamos a visitar a algunos amigos para luego regresar a Tijuana. Un día mi hijo adoptivo me llamó y me dijo: te quiero invitar a Mexicali para que conozcas La Chinesca, te va a encantar. No tardé ni un segundo en contestarle que sí, ya que tenía curiosidad de saber qué tanto eran ciertas las leyendas que había alrededor de esta zona, de la cual decían que era toda una ciudad subterránea habitada por la comunidad china.
Al llegar a Mexicali fuimos directamente a La Chinesca para hacer un tour por los sótanos del famoso barrio. Lo que aprendí ahí, además de diferenciar la leyenda de la realidad, fue el valor de la migración china a esta zona.
Me sentí orgullosa de que un pueblo tan trabajador como el chino fuera prácticamente el responsable de la prosperidad del Valle de Mexicali y confirmé lo que ya sabíamos sobre el poder de la migración en el desarrollo económico y cuanto aporta la migración al PIB de los países destino.
Los chinos llegaron a esta zona al inicio del siglo XX para trabajar en la construcción de los canales de irrigación de las tierras del Valle de Mexicali para convertirlas en terrenos de cultivo de la “Colorado River Land Company”. Compañía de capital estadounidense que arrendaba las tierras al gobierno mexicano. Como dato complementario hay que recordar que estas tierras áridas no eran muy atractivas para habitar, así que la idea de arrendarlas para poblarlas fue una opción.
Se estima que para 1915 la población de Mexicali estaba compuesta por 75% de chinos. En los archivos del servicio de migración mexicano se puede ver que en 1926 había en México una población de 24 mil 218 chinos, de los cuales 5 mil 795 estaba en Mexicali de los 5 mil 089 registrados en Baja California. Un cronista de la ciudad llegó a decir que eran alrededor de 10 mil.
Ese día visitamos varios sótanos donde pudimos ver cómo eran las viviendas, los dormitorios, los altares, una sala de reuniones del partido nacionalista chino y hasta los casinos clandestinos en la época de la prohibición americana.
Lo más interesante es que las manos de los primeros chinos que llegaron a Mexicali son las que le dieron bonanza a esta zona, gracias a los canales que construyeron y que fueron los responsables de que se convirtiera en la tierra de cultivo de algodón más grande del mundo.
Además, los chinos son un ejemplo de resiliencia y perseverancia ya que después se convirtieron en agricultores y cuando el gobierno les negó el derecho a trabajar la tierra se dedicaron al comercio logrando producir gran riqueza en la zona.