Inteligencia artificial

Por Maru Lozano Carbonell

Para muchos niños y jóvenes, de artificial no tiene nada. De hecho ellos crecen picándole a los dispositivos para corroborar la información que les des tú o sus maestros.  

Ahora ya no es solo San Google, ahora tenemos al chat de inteligencia artificial que habla contigo y responde a tus preguntas de manera asombrosa, al punto que ya no quieres investigar.

GPT (abreviatura de “Generative Pre-training Transformer”) es un tipo de modelo de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI. Se presentó por primera vez en un documento de investigación publicado en 2018 por investigadores de OpenAI, entre ellos Alec Radford, Karthik Narasimhan, Tim Salimans e Ilya Sutskever. El modelo se desarrolló como una forma de mejorar el rendimiento de las tareas de procesamiento del lenguaje natural mediante el uso de un gran conjunto de datos para “pre-entrenar” una red neuronal, que luego se puede afinar para tareas específicas. 

Entonces, se abre el chat, le preguntas lo que quieras y te responde. No te da fuentes de información, pero te habla casi casi como una persona. ¿Será confiable lo que contesta? Se supone que es tan fiable como los datos con los que se ha entrenado y los algoritmos que lo sustentan. Está diseñado para generar un texto similar al humano a partir de una instrucción dada, pero no es capaz de comprender o razonar sobre el contenido del texto del mismo modo que lo haría un humano. ¡Gracias a Dios!, creo que aun serviremos de algo.

Dicho esto, el modelo GPT suele considerarse una herramienta muy buena para generar texto. Se ha entrenado en un conjunto de datos muy amplio y ha sido capaz de producir textos de gran calidad que a menudo son difíciles de distinguir del texto escrito por un humano. Sin embargo, es importante recordar que GPT es un modelo de aprendizaje automático y no es infalible. Siempre es importante comprobar los resultados de cualquier modelo de aprendizaje automático antes de utilizarlo para tareas importantes.

No todas las tecnologías digitales contienen inteligencia artificial. La IA se refiere a la capacidad de las máquinas para realizar tareas que normalmente requerirían inteligencia humana, como entender el lenguaje, reconocer patrones o tomar decisiones. Aunque muchas tecnologías digitales dependen de la IA en cierta medida, no es un componente necesario de todas ellas.

Por ejemplo, una simple calculadora es una tecnología digital, pero no contiene IA porque sólo es capaz de realizar operaciones aritméticas básicas basándose en las instrucciones que le da el usuario. Por otro lado, un asistente digital como Siri o Alexa contiene IA porque es capaz de entender y responder a órdenes de voz y realizar tareas como establecer recordatorios, responder preguntas y reproducir música. ¿Sabías que desde 1950, Alan Turing del Reino Unido propuso por primera vez el uso de IA? De hecho, él se considera “El padre de la inteligencia artificial”.

Y el ahora chat GPT será el nuevo dolor de cabeza en las aulas, así que los maestros deberán cambiar la estrategia, quizá que todos saquen sus celulares, busquen, se comente, se enriquezca, se expanda la investigación y se motive a los estudiantes a pensar, preguntar, compartir y ¡aplicar la información que encuentren! Recordemos que la etimología “inteligencia” es “saber escoger”, es decir, la inteligencia para seleccionar las mejores opciones para solucionar una cuestión.