Por Dianeth Pérez Arreola
Esta semana fue inaugurado un camino musical en el pueblo de Jelsum. Gracias a las estrías en el asfalto, los autos tocan el himno de la provincia de Frisia cada que pasan por ahí.
Tras un par de días de música, los residentes de la zona han pedido la desaparición del camino, pues alegan que el ruido los está volviendo locos. Esta misma semana terminará la corta carrera musical de ese tramo de la carretera N357. Adios a otra estrella de un solo éxito.
Hay cosas que suceden en Europa que no deberían saberse en México, y el caso de la carretera musical es una de ellas. ¿Se imaginan que gane las elecciones Ricardo Anaya y ponga en las carreteras el tema de Movimiento Naranja? ¿O usar esa cancioncita de los siete claxonazos del automovilista enojado, en las carreteras junto a la frontera con Estados Unidos, para mostrar nuestro repudio a Donald Trump?
Otro ejemplo de innovación es que desde el año pasado, todos los trenes nacionales funcionan con energía eólica y es el primer país del mundo que lo hace. Gracias a un acuerdo entre las compañías ferroviarias y la empresa de energía Eneco, la totalidad de los trenes funciona con energía renovable un año antes de lo planeado.
Si algo no le falta a Holanda son vientos y lluvia, así que la energía usada para mover a un millón de personas diariamente en los trenes proviene de parques eólicos de Holanda y países vecinos. Amsterdam quiere ser la primer ciudad con transporte no contaminante, y antes de 2026 los autobuses diesel serán cambiados por unidades que funcionen con energías renovables.
Otra muy buena idea viene del hospital AMC de Amsterdam, que ha decidido dar la batalla a las inescrupulosas compañías farmacéuticas y empezará a fabricar sus propias medicinas. El medicamento CDCA hecho por la empresa italiana Leadiant, es el tratamiento para un raro desorden metabólico, y desde el primer día de este mes su precio incrementó 500 por ciento.
Por ese motivo las aseguradoras ya no pagarán por este tratamiento, así que el hospital puede fabricar medicinas para sus pacientes y saltarse así la prohibición de “copiar” una droga de patente para enfermedades raras y poco frecuentes por un periodo de diez años.
Quienes necesiten este raro medicamento pueden inscribirse a la farmacia del hospital y así beneficiarse también de esta nueva práctica. Una excelente forma de darle la batalla a las gigantescas compañías farmacéuticas, que con este tipo de medicinas llamadas “huérfanas”, suelen elevar los precios desmesuradamente pensando solo en las ganancias económicas.
Otra innovación más modesta pero no menos importante, es la cadena de comida rápida llamada Febo. Ahí solo hay una pared gigante con pequeñas vitrinas donde hay croquetas, hamburguesas, empanadas de queso, salchichas empanizadas y otros clásicos snaks holandeses. Uno deposita el dinero en la vitrina que contiene la comida deseada, el pago abre la puerta de la vitrina, toma uno la comida y se va. Segundos después la vitrina es surtida por alguien de la cocina, ubicado al otro lado de la pared de vitrinas. No filas, no malentendidos por el idioma, un esquema simple que se convirtió en un exitoso modelo de negocio.