Huachicoleros del espíritu

Por El Recomendador

Cuando nos quejábamos del peor de los desabastos que hoy padecemos: el de la educación, el de la cultura y el de los valores, e invitábamos a correr a rescatar el buen gusto, donde lo hubiera, el doctor Gerardo Parra, excelente médico y gran amigo me preguntó con sorna si en ese desabasto no habrá huachicoleros. Tuve que contestarle que sí.

En esta columna me he quejado de, prácticamente, todos los vendedores de servicios que dominan en la “industria” del entretenimiento humano. Y sí, a todos estos que no nos dejan descansar a gusto del trabajo y que nos impiden recrear nuestro espíritu y elevarlo a lo mejor de lo humano, aquellos que nos esclavizan con la escucha infinita de anuncios comerciales, y que nos invitan a consumir series y películas que llevan como insignia insistente el retraso mental profundo, están todos en el caso del huachicol mental. Son, en mi opinión, los que basan sus relatos e historias en el sensacionalismo, en el absurdo, en las incongruencias más monstruosas, en el voyerismo, en el retraso mental profundo.

Se trata, sin duda, de los huachicoleros del espíritu porque venden mercancía chueca que denigra y traiciona al espíritu. Apoderados de los medios, lucran con las estafas a lo mejor de la cultura y del arte bello que debería ser el espectáculo, si le hiciéramos caso a aquello a lo que aspiramos los humanos y que sí somos capaces de crear y de gozar.

Centrados en el dinero, los principales vendedores de espectáculos se han convertido en la Secretaría mundial de la Deseducación, en medio de la más absoluta indiferencia de los gobiernos. He preguntado aquí: ¿hasta dónde aguanta usted que le sirvan este huachicol?

Para muestra bastarán unos cuantos botones:

1.- Las series de aventuras turcas que nos llegan sembradas del absurdo más tonto: en “The Protector” de lo que se trata es que el héroe mate al “inmortal”. Si quiere usted gozar de este bodrio búsquelo en Netflix.

2.- Las series que tratan de convencernos que México y Colombia son países de narcotraficantes: busque cualquier serie de narcos de Netflix, ahí está la Ingobernable con Kate del Castillo o Diablero una serie que quiere convencernos de la mixtura de todas las supercherías en las que supuestamente, se cree en México. Hasta Quetzalcóatl sale raspado.

3.- Busque la serie YOU. Ahí encontrará una profunda paranoia distribuida entre los más imbéciles: se quiere, por medio del espionaje telefónico y de los crímenes perfectos, manejar la vida amorosa de la mujer amada. Cito la Wikipedia: “You sigue a Joe, un gerente de una librería que se enamora de una cliente llamada Beck y rápidamente se obsesiona con ella”. En este bodrio huachicolero se intenta convencernos de que secuestrando a una frívola y vacía aprendiz de literata que ya lleva hechas varias maestrías universitarias, se puede lograr que ésta escriba una estupenda novela que deberá convertirse en un éxito de ventas por su alta calidad literaria.

Al menos, don Alonso Quijano el Bueno, se volvió loco con los libros de caballería, que sin duda no contenían tantos absurdos como los “héroes”, vampiros, zombis y extraterrestres que hoy propone nuestro mundo digital de la ¿información?