Holanda vs Turquía

Por Dianeth Pérez Arreola

Una de las peores crisis diplomáticas se ha desatado este fin de semana entre Holanda y Turquía. El próximo abril Turquía hace un referéndum para ver si los ciudadanos aprueban o no, cambiar el sistema parlamentario por uno presidencialista, que le daría más poder a Erdogan.

Por ese motivo, los políticos del gabinete hacen proselitismo en los países europeos con una importante población turca. En Países Bajos hay cerca de 400 mil turcos, así que el Ministro de Exteriores de ese país anunció su presencia en un mitin en Róterdam el sábado, pese a que éste no contaba con el visto bueno de las autoridades holandesas por motivos de orden público y seguridad.

En respuesta, el gobierno holandés no autorizó el aterrizaje del avión del ministro, y tuvo que regresar a Turquía, mientras en Róterdam los turcos protestaban por la afrenta holandesa. Pero la cosa no paró ahí: la ministra turca de asuntos familiares entró a Holanda un día después vía terrestre desde Alemania. Ya había sido advertida que no se le permitiría dar un discurso político en territorio holandés, así que cuando el gobierno supo de sus intenciones, le fue negado el acceso al consulado turco y se le deportó y escoltó de regreso a Alemania.

En respuesta, la bandera de la embajada de Países Bajos en Turquía, fue sustituida brevemente por la bandera Turca y el edificio atacado con huevos. El primer ministro holandés ha dicho que Holanda no se disculpará y que quien tendría que disculparse es Turquía, por llamarles fascistas.

Esta situación le ha caído de perlas al candidato holandés Geert Wilders, también llamado el Trump holandés, quien no ha perdido tiempo y ha llamado a Erdogan “dictador islamofascista”, ha pedido que se extradite al embajador turco y comentó que los turcos con doble nacionalidad debería probar su lealtad a Holanda y rechazar el discurso de Erdogan, y a los que no estén de acuerdo los invitó a irse del país y no volver.

Las elecciones en Países Bajos son el 15 de marzo, y según las encuestas el partido del primer ministro, el VVD, y el de Wilders, el PVV, van a la cabeza, aunque los indecisos serán quienes definan los resultados, y muchos comparan esta situación con la que vivió Estados Unidos antes de las elecciones; los indecisos apoyaban a Trump y solo lo reconocieron ante las urnas.

Erdogan ha dado muestras de tener cualidades de dictador, y aun así cuenta con muchos simpatizantes en Holanda, para enojo de los holandeses, lo cual podría traducirse en votos para Wilders y su discurso contra el islam y los musulmanes.

 

Wilders quiere cerrar las mezquitas y las escuelas islámicas, pero no da detalles de cómo sería esto posible sin violar la constitución holandesa. Tampoco ha habido tiempo de explicarlo porque ha rechazado acudir a la mayoría de los debates en la televisión, y al estilo de Trump, no da entrevistas a los medios porque estos “manipulan la información”. Esperemos que no veamos a Wilders convertido en primer ministro del país que fuera famoso hace algunos años por su libertad y tolerancia.