Hace un par de años

Guillermo A. Sánchez-Aldana

Hace un par de años se publicó en esta columna lo que para uno quizá ha sido la nota más complicada y dura de redactar en el transcurso de poco más de 5 años escribiendo para esta gran publicación. Después de todo uno siempre ha tratado de mantener la imparcialidad en cualquier tema relacionado al fútbol y se puede decir que hasta cierto punto se ha logrado justamente eso. Por supuesto que uno tiene a sus equipos favoritos y en ocasiones suele ser difícil el aceptar o hablar de derrotas en partidos importantes o de mayor relevancia, pero se trata de dejar las emociones a un lado para poder dar un punto de vista más crítico y así poder brindarle al lector algo más que una simple lista de reclamos; el quejarse por mera pasión es fácil pero a la larga aburre y sirve de poco. Incluso han habido ocasiones en donde se ha tenido toda la intención de escribir una nota llena de pasión irracional para expresar lo que uno siente en ese momento, pero basta con tomarse un respiro y empezar después para poder hablar de fútbol con un poco más de claridad. Quizá en alguna ocasión se dé uno la oportunidad de escribir algo con una pizca de irracionalidad para ver si es del agrado general, pero al menos por hoy ese no es el caso.

Ahora bien, se preguntarán los lectores que han llegado a este punto de una nota que francamente se lee mas como un “detrás de escena” que algo que se asimile a un artículo futbolero, ¿cuál es el punto de todo lo dicho anteriormente y por qué mencionarlo ahora? Y la respuesta tiene que ver con lo que se dijo al principio, de como hace dos años se escribió algo ignorando la mayoría de los principios citados previamente por cuestiones tanto de tiempo como de sentimientos encontrados. Se pudo haber dicho anteriormente que es relativamente sencillo el dejar el amor y la pasión a un lado cuando se trata de la derrota de tu equipo en un partido importante de liguilla, pero queda claro que ese nunca será el caso cuando se trata de una derrota de tu selección en un partido de eliminación directa en pleno mundial. Y sí, para los que aún no han hecho los cálculos se está hablando de aquella dolorosa derrota que sufrió México ante su similar de Brasil en los octavos que final del mundial de Rusia 2018, partido que se disputó exactamente hace dos años a la fecha de esta publicación. Así que feliz aniversario por el último gran fracaso de la selección mexicana, o el equivalente negativo de una felicitación, sea cuál sea.

En fin, queda claro que esta semana se trató de un estilo de nota distinto a lo acostumbrado, pero se quiso compartir esta experiencia porque sin duda fue un golpe duro para cualquier aficionado mexicano, hasta para el que aspira a ser lo más imparcial posible. Hace un par de años se sufrió y se habló de una eliminación que hasta la fecha sigue doliendo, pero ya vendrá otro mundial en un par de años y uno sólo espera que para entonces se esté hablando sin filtro de un triunfo y no de una derrota más.