Por Maru Lozano Carbonell
La grandeza de una mamá consiste en saber la grandeza de sus hijos. ¿Sabías lo que le pasó a Thomas Alva Edison? Resulta que un día llega a su casa y le entrega a su mamá un recado que le enviaban de la escuela. El niño Thomas curioso ¡quería saber qué decía! La mamá le contesta: “Dice que eres un verdadero genio y que la escuela ya no puede enseñarte más, así que lo tendré que hacer yo”.
Sabemos que Thomas patentó más de mil inventos, y todos cambiaron la vida en el mundo, por ejemplo: El telégrafo cuádruplex, la bombita de luz, el micrófono de carbón, las baterías de níquel hierro, el vehículo eléctrico, el fonógrafo, la cámara de cine, el teléfono de carbono.
Pero regresando a esa edad en la que Thomas estuvo pocas semanas en la escuela pública Port Huron de Michigan, teniendo él siete u ocho añitos, el Reverendo G.B. Engle, fue un maestro que subestimó a Edison y lo tachó de “tonto, retrasado”. La mamá discutió con este maestro. Ya a muchas mamás nos suena familiar cuando deseas que otros vean la grandeza de tu hijo y te das cuenta que en el lugar donde debe poner en práctica todo su potencial, pues simplemente lo obstaculizan, lo paralizan o lo excluyen.
Nancy, la mamá de Thomas le enseñó a leer y escribir, a los once años él simplemente devoraba la literatura y estando en sus veintes, muere su mami. Entre las cosas que todos recogían de la casa, Thomas encuentra aquella cartita de la que él solo recordaba las palabras de su mamá respecto a lo genio que es. Pero se asombra al leer: “Thomas es un niño enfermo mental y no le está permitido volver más a la escuela”.
Solo una mamá puede ver más allá de las etiquetas y diagnósticos impuestos y ahora que se acerca el día de las Madres, la palabra “grandeza” tiene que sobresalir. Pensemos en esa mujer que no es madre sola, sino que sabe unir con estrategia a todas esas personas que harán lo necesario para que ella pueda ser la mejor madre porque solo piensa en sus hijos.
Casada, divorciada, soltera, como sea, así de grande es la mamá que supera en tamaño, importancia, dotes e intensidad a todo lo común.
La educación de un hijo puede presentar muchos retos para una madre como la necesidad de dar cariño y atención constante, la planificación y organización para satisfacer las necesidades del hijo, la responsabilidad de educar y guiar en su desarrollo. Todo esto requiere de mucha paciencia y compromiso. Aunque los padres pueden recibir ayuda de otros miembros de la familia o amigos, la responsabilidad final recae en mamá y ella puede estar llena de miedo.
Creo que una mamá informada y con técnicas puede hacer milagros, es necesario que se tengan talleres virtuales o presenciales para que cada etapa del hijo, la mamá sepa qué contiene, cómo es, cómo debe reaccionar. Mientras el hijo es menor de edad, debería la institución educativa dar obligatoriamente técnicas de comunicación efectiva, práctica de mediación para la gestión de conflictos y manejo de sentimientos. Si hubiera constancia y obligatoriedad en buena enseñanza contextualizada, es decir, en escuela, casa, etc., ¿imaginas qué hijos estarían en el mundo? Muchos seres mejores, enfocándose solamente en la grandeza. ¡Felicidades mamás!