Gaslighting laboral

Por Maru Lozano Carbonell

Este término se originó en la obra de teatro de 1938 titulada “Gaslighting” (Luz de Gas), en la cual un marido trata de conducir a su esposa a la locura manipulando su entorno y haciéndole creer que está perdiendo la razón. Desde entonces, el término se ha utilizado para describir una forma de abuso emocional y manipulación psicológica.

El gaslighting en el trabajo es una forma de abuso emocional que puede afectar las relaciones laborales. Esta técnica de manipulación se utiliza para hacer que la víctima cuestione su realidad y, en última instancia, ganar más poder y control sobre ella.

¿Es fácil para la víctima reconocer el gaslighting? No, es difícil reconocerlo ya que no hay marcas físicas y a menudo se realiza de manera sutil.

¿En algún punto te han hecho dudar de tu propia memoria incluso de tu cordura? ¿Tu jefe te ha dicho: “No, eso no es cierto, yo no recuerdo que haya sido así…”.  ¿Te elogian frente a todos pero en privado te atacan? 

Si ya de repente tú mismo dudas de tu percepción de la realidad, piensas que estás medio loco y te cuestionas lo mal que estás, ¡detente!  Podrías estar siendo manipulado bajo este acoso emocional que se llama gaslighting.

Cuando un jefe o un compañero de trabajo violenta emocionalmente, lo hace para que, al notar que te sientes “pésimamente” así él se siente mejor. A este tipo de abusadores les ha ido muy mal y alguien los tiene aplastados, por eso hunden y manipulan. Obviamente, la víctima es alguien acostumbrado a que lo maltraten, está curtido y porque está tan necesitado de afecto, “aguanta de todo” con la esperanza de que le reconozcan, aprueben y lleguen a querer.

Es increíble que alguien se dedique a volverte loco, porque tenemos que saber que el propósito del gaslighter es que dudes de ti mismo. Lo triste es que este tipo de violencia puede darse de padres a hijos, de maestros a alumnos, en la pareja y si bien, el abusador o abusadora están mal de la cabeza siendo narcisistas en potencia, también quien se deja lo está si no se atiende.

Así que, en el trabajo, si notas que alguien te está poniendo en situación de fracaso, te comenta que tus encomiendas no están bien, ¡marca límites! Comunícale que vas a denunciar el abuso y busca ayuda profesional. 

Es que no podemos esperar a que tengas estrés, insomnio, te empieces a aislar, te deprimas, tu autoestima esté en el suelo, etc. 

¿Qué hacer? ¿Cómo responder? Cuanto te avienten frases incómodas, di: “Qué interesante, lo voy a reflexionar”, dándote tiempo para pensar y limitar aquella  situación. Escúchate confiando en tu intuición, recuerda que no es necesario buscar aprobación, reconoce que tú eres quien maneja y gobierna tus emociones, toma consciencia de tus valores y ponle una cerca a tu corazón.

¿Cómo se puede hacer esto? Cada día dedícate unos minutos a escribir lo que te hizo sentir mal, busca el antónimo u opuesto y fíjate cómo podrías sentirte mejor.  Por ejemplo, “Eres conflictivo, nunca hubo problemas de comunicación hasta que llegaste aquí”. El opuesto de conflictivo es tranquilo. ¿Cómo puedes generar tranquilidad?  Busca información, escribe, reflexiona. ¡Dedícate a ti! Son minutos valiosísimos que te devolverán la calma y elevarán tu autoestima, es decir, tu autorrealización.