¿Farsa loca o introspección?

Por El Recomendador

Podemos reír frívolamente o estar abiertos a la introspección profunda que nos provoca adentrarnos en el misterio de nuestro espíritu, después de vivir a fondo el drama que la vida nos presenta. Pongo estos ejemplos contrastantes:

1.- La venganza de las Juanas, serie del 2021, una comedia mexicana de humor negro que borda el asunto del machismo del padre desalmado que es el padre irresponsable de cinco esculturales femeninas.

La acción empieza en Cancún cuando cinco rorras descubren que tienen un idéntico lunar en forma de pescadito en uno de sus hermosos glúteos. El relato se agrava cuando el personaje comete un filicidio-feminicidio y se va descubriendo como un abogado y político corrupto hasta los tuétanos que se convierte en aspirante para ser nombrado, nada menos, que ministro de la Suprema Corte de Justicia a iniciativa del presidente en turno.

Aunque, se trata de la adaptación de una telenovela colombiana, embona muy bien con lo que está sucediendo en México. Como dice la canción yucateca: hay semejanzas maravillosas. No se trata, pues, de un relato con una exageración premeditada, sino un intento de que nos riamos a carcajadas de nosotros mismos y de todos los dramas y tragedias nacionales habidas y por haber.

Al cabo vivimos, en una libertad absoluta y contamos con una tendencia visceral a auto denigrarnos. La filmación tiene un sinnúmero de lujos técnicos, un gran reparto y esmeradas actuaciones, fotografía y dirección con el respaldo millonario de Netflix. Lástima que el sonido sea muy malo y haya que poner los títulos en español al español hablado para poder captar a cabalidad los diálogos.

Las Juanas son Renata Notni como Juana Valentina la líder, Zuria Vega como Juana Manuela la ruda, Juana Arias como Juana Matilde la cantante, Oka Giner como Juana Caridad la religiosa y Sofía Engberg como Juana Bautista la esotérica.

2.- Culpable (The Guilty). Película norteamericana de estreno protagonizada por Jake Gyllenhaal y dirigida por Antoine Fuqua. Relata, con diálogos dignos de un buen drama de teatro, la historia de un oficial de policía degradado que espera un juicio en su contra y, mientras tanto, es asignado como receptor de un despacho de llamadas del 911.

Entra en conflicto cuando recibe una llamada telefónica de emergencia de una mujer aparentemente secuestrada y en el curso de varios inteligentes diálogos por teléfono con los protagonistas del drama va entendiendo, poco a poco, en qué consiste el verdadero drama y acaba por atender a las víctimas auténticas de él y salva sus vidas.

En esa secuencia tiene lugar una introspección que lo lleva a confesar su propia verdad en el juicio con motivo de las acusaciones que se dirigen en su contra y que a él le tocará afrontar, semanas después. Siempre al borde del estrés, le viene la exigencia de escuchar a su propia conciencia moral y a obrar en consecuencia, poniendo la verdad por encima de toda ambición de salvarse. Este tema es de los que sí tocan las cuerdas morales más profundas de lo que es la condición humana. Se trata de una culpabilidad bien explorada, nos dice un crítico serio.