Fantasía anastrófica

Por Maru Lozano

¿Ubicas la fantasía catastrófica que es cuando uno piensa que solo cosas malas van a ocurrir? Pues la fantasía anastrófica es lo contrario, cuando se piensa que solo cosas buenas van a pasar.

El término no existe en el diccionario, lo acuña Jack Canfield, basado en la etimología de catástrofe, que en griego está compuesto por “kata”, movimiento de arriba hacia abajo y “strofe” que es hacia abajo. Así que la mezcla sería una especie de “voltear hacia abajo”. “Ana” es movimiento de abajo arriba, así que “anástrofe” sería lo contrario de una catástrofe, un acontecimiento maravilloso.

¿Está mal pensar bonito? Sí, en tanto se niegue la polaridad real de que hay situaciones adversas y pensar solo positivamente puede generar ansiedad. Y es que ¡cómo no tener ansiedad si hay una discrepancia entre lo que se espera y lo que se percibe! Hay problemas cuando la realidad no coincide con la fantasía que se pensó.

La ventaja de pensar positivamente es que uno se llena de optimismo y motivación, pero también es importante tener en cuenta los posibles obstáculos y dificultades para poder prepararse adecuadamente. 

Por favor no seamos pasivos pensando sentados que todo cambiará, que todo se dará bien, que no pasa nada. ¡Tenemos que prever! Hay tres tipos de asuntos según la autora Katie Byron: Mis asuntos, los de otros y los de la vida misma. Los únicos en los que podemos meternos son en los propios y ante los demás asuntos, tenemos que reaccionar de la mejor manera posible.

Se trata de aprender a esperar sin querer controlar el futuro ni catastrófica ni anastróficamente ya que es imposible imaginar la realidad de algo que no ha sucedido. Te invito a estar en el aquí y el ahora.

Esperemos a estar en la situación, no se puede sufrir mil veces por algo y tampoco ilusionarse en vano. Ahorrémonos la energía mental y el estrés cuando no tenemos los elementos suficientes para responder ante algo que aún no sucede.

Ciertamente el tiempo es algo que no se recupera y lo que hicimos con él va marcando nuestra vida y, si no estamos en el presente, estamos en el desgaste que nada más nos enreda y desilusiona.

Hay personas que ceden con falso positivismo para no ser rechazadas. Se tiene la creencia de que nos van a querer mucho si a todo decimos “sí” y sonreímos.  De ahí pueden surgir las fantasías anastróficas, solo que no es normal permitir y soportar de todo porque eso te daña.

Hay que cerrar los asuntos inconclusos, las malas experiencias y sobre todo, replantearse las creencias que nos grabaron nuestras autoridades y que ahora quizá ya no coinciden con lo que somos.

Acuérdate que la esperanza pasiva es pedir que el “universo” arregle todo sin tú mover un dedo y ¡pues no! Apuesta por la esperanza activa que es deseo puesto en acción y que depende al cien por ciento de lo que sueltes, hagas y adquieras por hábito. 

Hay situaciones que no cambiarán y pensar anastróficamente no abonará, así que se trata de reflexionar, ver si esa coraza la quieres llevar siempre, o mejor explorar e integrar el aprendizaje. Recuerda, si te desconectas de la realidad, conectarías con las fantasías que poco sirven. Maquillar los verdaderos sentimientos fingiendo que “todo está bien” a la larga, podría angustiar.