Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez
Hace unos años, en un mundo pre-pandemia algunas empresas empezaron a utilizar aplicaciones para entrevistar de manera virtual. La dinámica consistía en que el sistema hacia una pregunta previamente determinada por el reclutador y posteriormente se le daba la oportunidad al candidato de grabar en video su respuesta en un tiempo límite.
El postulante podía revisar lo grabado y si no estaba conforme con el resultado podía grabarlo una vez más de manera definitiva. La herramienta era en sí novedosa y aparentemente ahorraba tiempo para el área de adquisición de talento ya que de manera compacta se podían revisar las respuestas grabadas por un panel y al ser las mismas preguntas para cada candidato la expectativa era que se pudiera entonces seleccionar al que mejor respondió.
Sin embargo, a pesar de lo disruptiva que pudo parecer en un inicio esta aplicación, varios factores no permitieron que realmente prosperara como para permanecer, entre estos se puede mencionar el hecho de que un buen candidato que no estuviera acostumbrado a hablar frente a una cámara sin obtener retroalimentación inmediata o sin poder ver a su interlocutor podía ser descartado fácilmente, al igual que alguien pudiera ser seleccionado más allá que por su experiencia y conocimientos, por tener un buen desenvolvimiento ante la cámara.
Pero digamos que es fue uno de los primeros intentos por lograr una entrevista virtual por video ya que hasta ese momento el paradigma de que estas deberían de ser exclusivamente presenciales para que fueran efectivas, en el peor de los casos se toleraban entrevistas telefónicas.
Con la llegada de Covid-19 provocando un suceso histórico que obligara a la mayor parte de la población a resguardarse en sus domicilios tratando de evitar a toda costa el contacto en persona, la forma más adecuada para poder seguir interactuando eran las video llamadas. Y aunque no eran para nada una herramienta nueva, no eran tampoco previo a esta pandemia la opción favorita de una gran mayoría.
Compañías como Teams, Skipe, Webex o Zoom principalmente echaron a andar todos sus recursos para desarrollar estas aplicaciones de manera tal que una video-llamada fuera accesible, confiable y sobretodo amigable para el público en general. En campo de selección de talento ahora sí las entrevistas virtuales se hicieron más comunes que las presenciales. Pero también hubo que desarrollar habilidades tanto para entrevistar como para ser entrevistado por este medio.
Entre el aprendizaje que se ha obtenido desde el punto de vista del candidato es primeramente que si su conexión va a ser a través de una computadora portátil o laptop se debe estar seguro que se cuenta con la carga suficiente o una toma de corriente disponible y funcional. Al igual que sucede en persona, la imagen que se proyecta aun de forma virtual es importante, ya que la primera impresión sigue siendo clave para lograr una oportunidad.
De ahí que un detalle también a cuidar es el entorno alrededor. En un inicio se trataba de tener el mejor fondo posible del domicilio, ya que la otra opción era utilizar algún fondo predestinado de algún paisaje playero o del espacio lo cual no siempre se apega a lo que se quiere proyecta profesionalmente.
Actualmente casi todas las aplicaciones disponibles tienen alguna función para proyectar un fondo borroso que permita mantener la privacidad del candidato. Así como estas lecciones, siguen surgiendo otras nuevas, pero lo cierto es que se continúan gestando una serie de reglas de etiqueta para esta modalidad virtual.
Y aunque las entrevistas virtuales han llegado para quedarse y seguir siendo perfeccionadas, las presenciales no desaparecerán ya que, en alguna etapa del proceso, se buscará presencial que confirme lo virtual.