Para la gran mayoría de las personas ir al cine o ponerse a ver una película en casa significa un momento de buen entretenimiento, placer y olvidarse del stress de la vida diaria.
Pero producir una película definitivamente no es nada fácil, ni tiene fantasía, ni romance y si implica muchos recursos desde humanos, técnicos y económicos. Nos podemos dar cuenta de estos grandes esfuerzos al ver cómo fue que hicieron algunas de nuestras películas favoritas, utilizando efectos especiales o recreando otros tiempos del pasado o el futuro.
Las grandes producciones cinematográficas van de la mano con presupuestos de su tamaño, recursos que generan una gran derrama económica al lugar en el que se realizan, ya que además de la contratación del personal se tiene que gastar en hoteles, aviones, comidas, impuestos, compra de materias primas, construcción, etc.
Podemos decir con certeza que una producción cinematográfica es algo que le conviene atraer a un país o a un estado, pero veamos algunos detalles adicionales.
En primera instancia viajan del país de origen hasta la locación las personas del staff, los profesionales de la producción en grupos desde 5 hasta 250 personas por un tiempo desde 10 días hasta 8 meses, generando todo tipo de consumos para su manutención diaria.
Pero lo más relevante definitivamente se da cuando se proyecta la película porque se aprecian hermosos paisajes o lugares interesantes que generan al menos curiosidad en los que la ven y que en muchas ocasiones ponen en el mapa a ciudades o lugares que antes eran desconocidos. Prueba de esto es la película “La noche de la Iguana” de 1964 con Elizabeth Taylor, que puso en el mapa un destino turístico que antes no pintaba y que a raíz de eso floreció: Puerto Vallarta.
Otro ejemplo es la película “El señor de los anillos” que se estrenó en el 2001 y que una de sus secuelas ganó 11 Óscares unos años después. Esta película detonó el turismo en el lugar donde se filmó: Nueva Zelanda, un país que da muchos incentivos económicos a las producciones cinematográficas porque entendió su potencial y beneficios que les genera.
Ahora este país se “colgó” de la película para crear su campaña de promoción del turismo: “100% Tierra Media, 100% Nueva Zelanda Pura” y que ha aumentado en 80% el nivel de atracción de esta parte del mundo que antes pasaba desapercibida.
Ejemplos como estos hay muchísimos y seguramente todos tenemos en mente un lugar que queremos conocer por haberlo visto en alguna película. Entonces la pregunta es: Teniendo como vecino a uno de los principales generadores de contenido cinematográfico, ¿qué hace México para atraer producciones? Y en Baja California en particular: ¿De qué manera se aprovecha la cercanía con Hollywood? ¿Se hace un esfuerzo aunque sea mínimo por atraer producciones? Las respuestas a ambas preguntas como se podrá imaginar son muy decepcionantes, pero ese es tema que si me permite exploraré en mi siguiente participación.