En Pantalla: Mad Men

Serie norteamericana aclamada por la crítica mundial. Está concebida, dirigida y actuada con mucho esmero. Cuenta con premios famosos debidos a su autenticidad histórica, fotografía, diseño, mobiliario vestuario, actuación, guion y dirección. La Writers Guild Asociation la posicionó en el puesto número 7 entre las 101 series mejor escritas de la historia de la TV.

Es un drama de época que creó y produjo Matthew Weiner. Se estrenó en 2007; en su séptima temporada que Weiner ha confirmado que será la última. Puede verse en Netflix.

La acción transcurre de 1960 en adelante y describe los negocios publicitarios crecientes y la vida privada de los protagonistas –publicistas, secretarias y sus familias- de una compañía exitosa de Manhattan.

“Mad men” es el nombre que se pusieron a sí mismos los propios publicistas. Mad se traduce como loco, maniático, insensato, desesperado, enojado, y hace referencia a quienes actúan como locos de atar. Y sí, algo de eso son los publicistas y las retorcidas costumbres y modas que su labor ha aportado a la sociedad mundial. Se trata de una interacción entre modas y publicidad que tuvo su inicio más intenso hace mucho más de cincuenta años, pero se disparó con la TV.

Aún falta describir y evaluar los cambios, por ejemplo, en la felicidad humana que están conectados con las modas y con la manera de producir y de vivir que ha provocado la publicidad. El Hombre actual, reflexiona muy poco sobre el sentido de la vida. Más bien, se deja llevar por otros. Y de eso se provechan los publicistas cuya creatividad engorda las ganancias de las compañías, vendiendo incluso lo que no se necesita, crea necesidades ficticias y, como dice Televisa, vende “sueños” que pueden calificarse, sin dar muchas vueltas al asunto, de insensatos y cursis. No resisten crítica seria.

Critica seria al mundo de hoy se hace en la página denominada “La historia de las cosas” https://www.youtube.com/watch?v=lrz8FH4PQPU que mucho recomiendo

La serie muestra muy bien cómo, a la sociedad actual, en la que, prácticamente todos nos convertimos en esclavos de la publicidad. Lo que se produce poco tiene que ver con las necesidades reales ni con la felicidad de la gente.

La telenovela está muy bien hecha –hay que reconocerlo- pues retrata la manera de vivir de esos años sesenta: todos fumábamos como locos, queríamos correr aventuras y alcanzar lo que ya entonces era el  espejismo del “éxito en la vida”. Fama & dinero. Empezábamos a vivir pegados a la TV, para imitar sus despistados modelos de vida.

Nuestra falta de educación sexual y ética nos hacía desconectarnos y hacer agresiones y desperdicios de la vida en familia.  Queríamos, los más, incursionar en aventuras desaforadas y muy discutibles que solían acabar en desavenencias familiares y en sufrimientos conyugales inútiles que hacían sufrir también a los hijos engendrados, frecuentemente, sin responsabilidad alguna y maleducados por sus padres.

Si usted quiere examinar una historia realista y bien contada, aficiónese a esta serie. Pero de ninguna manera le recomiendo, que nos pongamos a imitar la vida de sus protagonistas, ciertamente –en muchos aspectos- “locos de atar”.