Por Juan Carlos Ochoa
Para muchos de los que vivimos en Baja California disfrutar del vino es algo común, lo tomamos en comidas, cenas o simplemente es el común denominador en cualquier reunión entre amigos. Afortunadamente en la región vemos esta tendencia que no se da en otras partes de México en las que otras bebidas son las protagonistas. Muy probablemente esta afortunada situación se deba a que aquí se produce más del 90% del vino de México.
Pero, ¿Qué sucede con el consumo de vino en el país? Siempre se ha sabido que el vino que consumimos es mucho menor a los de otros países, en los que tomarlo es parte de la vida diaria. En países como Francia el consumo per cápita de vino es de 46 litros al año, en Italia de 38, y en España 20; en México no llegamos ni a un litro, consumimos 0.75 litros de vino per cápita.
Esta cantidad aunque es muy pequeña pinta un escenario positivo porque es la más alta que se ha registrado hasta el momento, es decir, el consumo de vino en el país va en aumento y es una buena noticia. Se rompió el record de consumo, 22% mas que en el primer trimestre del año anterior. El mercado mexicano no solo experimenta un crecimiento de consumo, sino que ésta misma demanda genera una mayor oferta de distribuidores, canales de distribución y una mayor variedad de etiquetas disponibles.
También el mercado mexicano va cambiando, el vino va dejando de ser un producto atractivo no solo a las personas de niveles medios altos y altos, sino que ahora se afianza en los segmentos mas jóvenes de la población a los que les gusta la variedad con propuestas interesantes y que consideran cada vez menos al vino como una bebida elitista que solo se toma en ocasiones especiales.
La “mala” noticia de esto es que el 70% del vino que se toma en el país (54.3 millones de litros) es de procedencia extranjera. México aumentó en el año sus importaciones de vino en 22.8% en volumen pero solo aumentó 2.1% en valor, lo que quiere decir que se esta trayendo mas líquido pero de menor valor. El precio promedio del vino que se importa es de $4.2 dólares por litro, proviniendo principalmente de España, Chile, Italia, Argentina, Estados Unidos y Francia.
Esta situación deja en una clara desventaja al vino mexicano que maneja precios (y costos) mucho mas altos, son pocas las opciones que se encuentran por menos de $150 pesos la botella. El vino mexicano puede competir con cualquiera del mundo en cuanto a calidad, cada vez surgen mas propuestas, arriesgadas e innovadoras, pero el precio sigue estando alto en comparación con la oferta existente en los anaqueles del mundo.
Conforme le vaya quedando chico el país a los productores nacionales, seguramente se buscarán maneras para bajar costos y poder conservar la calidad pero con precios adecuados para competir no solo aquí con los productos importados sino en el mercado global.