El viaje que marcó mi vida profesional

Por Adriana Zapién y Valente García de Quevedo

De la mano de mi mentor Juan José Alonso Llera en la maestría descubrí empresas con alta responsabilidad social, pero una de ellas me marcó no solo por la congruencia con su razón de ser, sino porque demostraba que se puede hacer el bien y con calidad. Y ganando dinero. Esa empresa era la fábrica de yogurts “La Fageda” ubicada en Cataluña, España.

Le platiqué a Valente sobre la empresa y su peculiar fundador y CEO que además tenía un nombre épico, “Cristóbal Colón”. En 2017 me tocó visitar La Fageda y conocer en persona a Cristóbal por medio de Juan José, que es su amigo.

Ese día estábamos afuera de la tienda de recuerdos de la fábrica cuando llegó un hombre en bicicleta con esa sencillez que le caracteriza. Entonces Valente exclamó: “Mira ese es Cristóbal”. El resto fue una tarde maravillosa.

Claro que no llegué con las manos vacías y como muestra de admiración le llevé una foto impresa y enmarcada escogida para describir cómo me inspiraba. Y ahora que revisaba mi álbum de fotografías, recordé con cariño ese viaje y quise compartirles lo que escribí al reverso:   

“Estimado Cristóbal, entre mis muchas pasiones está la fotografía porque me ha permitido a través de un lente ver más allá de lo que puedo ver a simple vista.

“Imprimir las imágenes que han dejado huella en mí, trae de vuelta a mi memoria colores, sonidos, texturas, olores y sabores. Toda una exaltación de sentidos que regresan y me permiten personalizar las fotografías cuando quiero hacer un regalo.

“Esta imagen está escogida especialmente para usted, en agradecimiento por todo lo que le he aprendido en estos dos años cuando leí su caso por primera vez en el aula a 10,000 km de este lugar, gracias a una clase de JuanJo. Es un sencillo y pequeño detalle para agradecerle por marcar mi vida de una manera impresionante, ya que su historia me deja claro que siempre podemos hacer algo por los demás si lo buscamos de corazón.

“Escogerla, imprimirla y enmarcarla me llevó por un camino de introspección que remarca la conciencia de que la vida está llena de claro-obscuros. La búsqueda de la luz y la claridad, si bien es constante en los seres humanos; el sentir que uno puede estar en cualquiera de los extremos es relativo. Encontrar la luz donde los demás ven obscuridad sólo se logra viendo a través de los ojos del corazón y usted lo ha hecho.

“Esta toma es dentro del Cañón del Antílope en Arizona, una bella obra de la naturaleza que permanece en la sombra todo el tiempo pero que a la hora en el que el sol está en el cenit se ilumina y te deja admirar su belleza. Así usted ve esa belleza y da la oportunidad a qué personas que tienen menos, debido a alguna minusvalía, se sientan valorados y respetados.

“Con su proyecto, al darles un trabajo con sentido lleva la luz como la del cenit a sus vidas de manera que los hace brillar y les regresa su dignidad. La misma que nunca habían perdido y a la que simplemente el mundo, por no aprender a ver más allá de lo que se puede ver a simple vista, no era capaz de identificar. Ahora antes de pensar en dar, pienso en la sostenibilidad porque es mejor enseñar a pescar y acompañar, que dar el pescado. Usted nos enseña que si haces algo por una causa correcta nada te detendrá. Gracias por eso.  Para cerrar pienso que pronto tengo que regresar”.