Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez
La palabra burnout viene del idioma inglés, la cual se podría traducir literalmente como agotamiento o desgaste. Así también, esta expresión se ha adoptado para identificar un síndrome que cuenta con sus propios síntomas.
El primero en agruparlos fue el psicoanalista Herbert J. Freudenberger, quien a inicios de los años setentas empezó a notar que algunos de sus colegas, como resultado de largas horas de trabajo empezaban a lucir cansados y comportase cínicos o incluso rudos. Este diagnóstico que describió como un estado perpetuo de cansancio originado por el trabajo. Pero no sólo era una cuestión de comportamiento, sino también fisiológica, ya que a lo anterior le acompañaban problemas estomacales, dolor de cabeza, insomnio y disnea, es decir la sensación de no poder respirar normalmente.
Actualmente, la palabra burnout se integrado de manera coloquial al lenguaje cotidiano para expresar casi cualquier tipo de estrés. Ya sea por situaciones generadas por algún familiar, relación sentimental, enfermedad, la organización de algún evento social.
De ahí que surjan algunos personajes, de esos que dicen influir, con algunos remedios mágicos envueltos en wellness y enlistados en cinco consejos rápidos para acabar con este síndrome. Pero lo cierto es que desde una perspectiva científica sólo puede ser originado por el trabajo y solamente desde ahí puede ser resuelto complementado con la guía de un terapeuta calificado.
La Organización Mundial de la Salud define al Burnout como el síndrome resultante de un estrés laboral crónico que no ha sido atendido de manera efectiva. Y complementa que se logra apreciar por un cansancio, conducta cínica hacia su empleo y una disminución en la eficacia de su desempeño.
La investigadora de CU Berkeley Christina Maslach especialista en el tema identifica seis principales elementos que originan este estrés laboral.
El primero, menciona que meramente carga de trabajo, el trabajar durante largas horas, tener fechas límite apremiantes. Y si a lo anterior se le agrega un ambiente sumamente competitivo, este se agrava desempeño. Es decir, una empresa donde no importa si se logran las metas establecidas, sino que existen otras variables fuera de control del empleado que pueden influir en conservar la fuente de trabajo, es un caldo de cultivo para personas con este diagnóstico.
Si a esto se le agrega un tercer elemento que es la falta de reconocimiento en donde independientemente de lo que logre o se esfuerce alguien, nadie lo nota o parece no notarlo.
Como cuarta pieza son los compañeros del lugar, ¿es una comunidad con ambiente sano de interacción respetuosa o es una lucha de todos contra todos en la cual ya no se sabe quién inició y menos quien la terminará?
El penúltimo factor es si se cuenta con un contexto de justicia meritoria o esta permeado de favoritismo. Finalmente, habla del sentido que se le da al trabajo. Para qué se invierten más de 40 horas a la semana en un empleo. Si se es para deudas infinitas, o se es para ahorrar para un objetivo de realización.
Burnout viene de un ambiente laboral tóxico y el primer paso para la estabilización es cambiar el ambiente o cambiar de ambiente, lo que sea más factible. Pero sin dejar de lado el analizar cómo cada quien interpreta su propio contexto. Ya que en palabras del filósofo griego Epicteto: “No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas”.