Por Gastón Luken*
Las garitas son importantes motores de desarrollo económico de nuestra región. Garitas ágiles abonan a una mayor competitividad de nuestra ciudad y eso se traduce en más crecimiento económico y más empleos.
Caso contrario, cuando las garitas son cuellos de botella para personas y para mercancías, se generan mayores costos, mayores pérdidas de tiempo y cae la competitividad y con ello la creación de empleos tan necesarios para nuestra región.
Las garitas no deben ser vistas solo desde la óptica económica sino que también vinculan a nuestra región en temas como lo familiar, social, educativo, cultural y otros más.
Es un acierto la inversión que en la modernización de los cruces fronterizos de Tijuana han realizado los gobiernos federal y estatal.
Se han dado pasos hacia delante sin embargo aún falta tiempo para completar la remodelación total de la garita Tijuana/San Isidro.
En particular de la llamada “Concha” y el área de cruce peatonal donde las demoras y condiciones de espera que ahí se dan son francamente indignas.
Del lado de EU pronto se iniciarán los trabajos para que la carretera 5 Sur desemboque directamente a la garita del Chaparral, así como mejoras en los cruces peatonales.
Vienen trabajos adicionales de remodelación para mejorar la operación de la garita comercial de Otay y esperemos pronto arranquen las obras para la nueva garita Otay II.
En Mexicali la noticia también es buena. El gobierno de EU recién autorizó una inversión de casi 100 millones de dólares para remodelar la garita de Calexico.
Con esto el gobierno mexicano también hará las adecuaciones necesarias para agilizar los cruces en esa garita.
La mayor rapidez de los cruces en las garitas no debe ser a expensas de la seguridad. Por muchos años estos dos elementos se han visto como opuestos.
Es decir se creía que entre más lentos sean los cruces estos son más seguros y a la inversa, entre más ágiles son más inseguros.
Sin embargo con el uso de tecnologías esta manera de ver las cosas poco a poco va quedando en el pasado.
Hoy se puede tener rapidez y seguridad con el atinado uso de tecnologías.
Para lograr garitas ágiles no basta con solo invertir en ladrillos o en tecnología sino que tiene que venir acompañado del suficiente personal para operar las capacidades ampliadas.
¿De qué nos sirve tener más carriles en San Isidro o en Chaparral, si no hay personas para mantener esos carriles abiertos? Cuantas veces no hemos visto filas lentas por ello?
El tener garitas ágiles nos genera oportunidades pero también costos económicos. Sin embargo el tener garitas lentas que inhiben o complican los cruces no solo resta oportunidades sino que genera aún mayores costos y problemas para la región.
Todavía no resolvemos todos los retos que tienen nuestras garitas y aún faltan unos 5 años para terminar la totalidad de las obras que ya están contempladas de modo que mientras tanto aplica el lema “Disculpe las molestias, obras en proceso“.
*El autor es empresario tijuanense