¡Democracia, libertad, pluralismo y alternancia!

Por José Cervantes Govea

Durante  casi un siglo el sistema político mexicano ha simulado “Democracia y Justicia Social”. La hegemonía y absolutismo de l@s polític@s  y los gobernantes emanados del PRI presumen que la  Constitución mexicana es la más completa del mundo.  Pero para  completarla falta cumplir con sus mandatos, imputables a l@s ciudadan@s y, desde luego, a l@s polític@s con mayor fuerza por la protesta constitucional. Los últimos cincuenta años, a partir de 1964, la han reformado o adicionado 453 veces.    

 

A tal grado que nuestro documento constitutivo es “cuasireglamento”: Todo en aras de “modernizar” al país y mejorar las condiciones de vida de l@s mexican@s.  Sin embargo la tradición y práctica priista de fusionar los tres poderes en el Ejecutivo, contrariando el artículo 49 constitucional, se mantienen mediante un simulado pluralismo en la Cámara de Diputad@s, conformada actualmente por 500 Diputad@s de 7 partidos políticos.

El poder Legislativo, el más numeroso, representativo y poderoso de los Poderes del Estado mexicano, no solo está empequeñecido sino sometido por el poder metaconstitucional del titular del Poder Ejecutivo. En 1929, después de su pírrica victoria revolucionaria, los liberales crearon el sistema político vigente sustentado en el presidencialismo, el absolutismo, el corporativismo,  la burocracia, la impunidad y la corrupción. Los gobiernos liberales no atendieron la educación,  la seguridad pública, la justicia ni la formación política ciudadana, usurparon y aprovecharon los poderes públicos  para  enriquecerse a costa del bienestar social, y así perdimos el siglo XX. Políticamente, desde le época de Juárez, la democracia mexicana ha sido cuestionada por el desaseo de los procesos electorales y el populismo. 

Porfirio Díaz, acusó a Juárez de haber usado recursos públicos para comprar votos,  particularmente de la burocracia. Desde entonces -1929- la mayoría de los Estados han sido gobernados por políticos de extracción priista o expriistas, a base de promesas incumplidas que han reducido a nada las esperanzas de millones de mexican@s. Diez entidades han sido gobernadas por el PRI desde su fundación: Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Hidalgo, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Estados que dieron a Enrique Peña Nieto una tercera parte de los 18 millones de votos con los que resultó vencedor de los comicios presidenciales de 2012.  

El PRI quedó a la cabeza en siete de esos 10 estados y solamente fue superado en Tamaulipas por la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, y en Quintana Roo y Tabasco por Andrés Manuel López Obrador.  En Tabasco, tierra natal de López Obrador, el PRI perdió ese gobierno frente a Arturo Núñez, exmilitante priista entre 1969 y 2005. 

Los gobiernos estatales son operadores políticos en favor de su partido y candidatos, particularmente del PRI,  obligan a la burocracia a trabajar en los procesos electorales y desvían cuantiosos recursos públicos para las campañas políticas. El pluralismo y la alternancia signos inequívocos de la democracia, se han concretado en algunos Estados como Nuevo León, Sinaloa, Guerrero y Puebla con alianzas encabezadas por expriistas, pero solo sirven como moneda de cambio para negociaciones oscuras y sucias.  

 

*José Cervantes Govea  radica en Tijuana, es Contador Público egresado de la U.A.B.C. y Abogado egresado de UNIVER Tijuana. Acepta comentarios a jocegovea@yahoo.com