¿Demasiado poco, demasiado tarde?

Por Jorge Alberto Gutiérrez Topete

Es lo que nos preguntamos respecto a la intervención tardía, forzadamente oportuna, pero al fin necesaria después de decenas de impunes agresiones a UBERs, transportes turísticos y transeúntes en lo general, en las inmediaciones de las garitas de San Ysidro y El Chaparral por parte de la agrupación de taxistas denominados “Amarillos”, quienes se ostentaban hasta el pasado fin de semana como dueños y señores de esta zona de la ciudad.

La impunidad histórica con la que han actuado grupos como este, ha crecido al amparo de los políticos y la política, y han caído ahora en desgracia por efectos de esta última. Viejos compromisos, componendas y la indiferencia de diversas autoridades durante muchísimos años, han hecho de las garitas antes mencionadas, zonas donde la ley la imponen los transportistas de color amarillo. Los taxistas ocupan la vía pública, “jalan” agresivamente a los clientes e impiden a otros modos de transporte público y privado trabajar en estas zonas de la ciudad, monopolizando la oferta de transporte y evitando la competencia de otros a base de amenazas y agresiones tanto físicas como materiales. El paraguas que de facto brinda el gremio transportista, se basa en un perverso ciclo donde los dueños de taxis y permisos, así como los choferes que los operan ofrendan cantidades de dinero todos los días a cambio del derecho de “piso” a la agrupación, para recibir a cambio “protección” de parte de la organización y los políticos que a su vez los protegen o se hacen “de la vista gorda”, para así lograr trabajar las zonas de cruce fronterizo de manera casi monopólica.

La gota que derramó el vaso de la tolerancia que venían disfrutando los amarillos, se dio este pasado viernes, inicio del fin de semana feriado de nuestros vecinos del norte. Estos días, son sin duda de los más rentables para quienes ofrecen los servicios de transporte público y privado en esta frontera y con estas agresiones los taxistas buscaban mantener el control de la zona al amparo de una autoridad -hasta esa fecha- altamente tolerante de sus abusos y agresiones. Afortunadamente, nuestros gobernantes al fin decidieron actuar, dejaron de ser indiferentes y para atender los reclamos de la mayoría de los tijuanenses organizaron acciones que podrían llevar a la revocación de permisos para los sitios y sus taxis. Es una lástima que tuvieran que suceder tantas y tan frecuentes agresiones para que decidieran intervenir. Los amarillos han provocado cuantiosos daños a la ya de por sí negativa imagen de nuestra ciudad y su agresividad tenía meses escalando escandalosamente hasta llegar a donde llegó.

Tengo serias dudas respecto al probable éxito de las acciones de la autoridad y seguramente los amarillos tendrán un ejército de abogados buscando defender por la vía legal los intereses del gremio transportista, buscando errores y omisiones por parte de la autoridad. Históricamente así ha sido y mucho tiene que ver con el caos que vemos en las calles de la ciudad.

Espero de corazón nuestras autoridades hagan lo correcto y no cesen en su esfuerzo, que no se rindan ante los grupos de poder y de ser así, estoy seguro que siempre tendrán el respaldo ciudadano cuando se trate de cuidar los intereses de los tijuanenses. Estaremos a la expectativa y esperamos siempre lo mejor.