De milagro a tragedia

Por Guillermo A. Sánchez-Aldana

Vaya que es difícil hablar de fútbol con todo lo que está pasando en el mundo últimamente. Después de todo el deporte siempre ha sido el escape ante cualquier situación complicada, y el ver que en cuestión de días todo se ha colapsado duele más de lo que uno se pudo haber imaginado. Sea por la inverosimilitud de lo que se está viviendo al día a día o por el hecho de que por culpa de una pandemia el deporte se encuentra en coma, la triste realidad es que las semanas no se sienten igual sabiendo que no hay una luz al final del túnel deportivamente hablando. Y quizá se exagera y esas palabras llegan al borde del dramatismo, pero sin duda más de uno va a resentir la ausencia de un partido de fútbol como el que se vivió el pasado viernes en Tijuana. Eso sí, la vida fue suficientemente amable con el aficionado tijuanense como para brindarle una felicidad más antes de la eventual suspensión total de la Liga MX, ya que para bien o para mal se vivió un partido más en tierras fronterizas y posiblemente fue la mejor exhibición del cuadro canino desde que arrancó el torneo. Será la nostalgia hablando o la realidad de que el equipo se entregó en su inesperada “despedida”, pero los valientes (o irresponsables) que se dieron cita en el Caliente pudieron vivir un encuentro lleno de emociones y buen fútbol; nada como una situación crítica como para motivar al tercer peor conjunto del certamen.

Ahora bien, después de dos meses de evitar hablar del partido en sí al fin se puede opinar de un duelo de Xolos en donde la mayoría de los comentarios son positivos. El equipo dirigido por Gustavo Quinteros saltó a la cancha con la inspiración a tope, posiblemente a cause de la clasificación a la final de la Copa MX (la cual también fue suspendida pero uno trata de evitar temas deprimentes) y demostró que llegar a esa final no fue por mera casualidad y que posiblemente han corrido con mala fortuna dentro de la liga. Se mencionó en ediciones previas que tanto contra Chivas como contra Puebla hubo un par de temas que afectaron al combinado rojinegro, mismos que fueron artífices de los descalabros más recientes en casa, pero en esta ocasión las cosas se dieron casi a la perfección y se logró un triunfo vital ante un conjunto de Pachuca siempre peligroso. Y si, se dice “casi a la perfección” porqué hubo un par de errores que por fortuna no le costaron al equipo su segundo triunfo de la campaña; un penal innecesario y un colosal error del joven portero suplente acortaron distancias en el marcador de un enfrentamiento que se debió haber ganado con más claridad. Finalmente el partido terminó con un marcador de 3-2 a favor del local, en una remontada que dejó a la afición tijuanense con un buen sabor de boca.

Fue lindo ver un partido más en vivo antes de la suspensión indefinida del fútbol en México, pero también es difícil despedirse después de tan buen partido. Sin duda fue una transición muy marcada de milagro a tragedia, pero se entiende que la salud es primero; un día a la vez y pronto todo regresará a la normalidad.