Por Maru Lozano Carbonell
No cabe duda que comunicarse no nada más es decir las cosas sino lograr un pin-pon con la gente y más aún, que estemos donde estemos, logremos respuesta activa.
Existe la comunicación en persona y a la distancia. Existe la comunicación de tres niveles y que, si buscamos técnicas, siempre nos hablarán de la actitud y escucha activa. Aquí te quiero compartir técnicas reales que ayudan como no tienes idea.
Los tres niveles de comunicación se refieren a los subordinados, los que están al mismo nivel jerárquico que nosotros y nuestros superiores. ¿Cómo hablar con cada uno? ¿Se les habla de la misma manera? ¡Por supuesto que no! Aquí está el detalle.
Para empezar, nada más apapachante, bonito y retumbante que la persona escuche su nombre de ti, pero ¡el nombre que le gusta escuchar! Así que esfuérzate por saberlo.
Tenemos a un subordinado, imaginemos la persona de limpieza en la empresa y tú quieres que prepare la sala de juntas para equis día. Tienes una reunión mega importante y quizá lo que dices es: “Por favor tenga lista la sala de juntas para el viernes, bien limpia, recibiremos gente”.
Nada como cubrir tres puntos: Di su nombre, cara a cara, expones el motivo (con un “nos”) y dejas que la persona trate de completar con la indicación, al final agradeces y dices su nombre también. Ejemplo: “Juanita, buen día ¿cómo le va? Fíjese que el viernes a las 11:00 tendremos una reunión con funcionarios, ya sabe, gente del gobierno y la junta es muy importante para todos aquí, ¿cómo ve la sala para ese día? ¡Gracias Juanita!”. Es posible que si el subordinado no recibe la orden sintiéndose como “gato” pueda aportar sin resentimientos la inclusión con la camiseta bien puesta porque usaste un “tendreMOS” y eso nos va a todos. Quizá te anticipe que la aspiradora ya no sirve, que una silla está floja, etc.
En conclusión, a un hijo, a un alumno, a un empleado, primero le explicas con un “nos” y luego lo demás.
Si hablamos con una persona igual a nosotros en el campo de acción, ejemplo dos maestros, dependerá si le hablas como mamá o como hijito débil. Si le hablas como mamá te responderá como hijo y harás corajes. Si le hablas como hijito débil te responderá con condiciones, maneritas de mamá y harás corajes. ¿Saldrá la chamba? No o más o menos. “Juanita, tocaría planearse la asamblea hoy ¿cierto? Yo necesitaría saber qué me corresponde para verlo con mi grupo, ¡muchas gracias! Con alguien igual, necesitamos decir su nombre, hablar con el neutral “…ría” y agradecer. Imagina dos asistentes: “¿Se podría por favor sacar diez juegos de copias?”. Es decir, vierte el asunto como que alguien equis lo necesita usando reflexivos …se… Esto pone al otro en una posición que no digiere si es más o menos que tú, por lo que es probable que no responda autoritariamente ni como niño rebelde.
Si estamos con una autoridad, ya sabes, su nombre (no lic, doc, arqui, oiga…) el punto o petición específica y ya luego explicas. Por supuesto agradeces al final. Ejemplo: “Licenciado, ¿podría salir mañana una hora antes? Fíjese que tengo una cita médica imposible de mover”. No rollo al inicio porque se alarma.
Practica esta manera de comunicarte y ¡me das tu opinión!