Por Dante Lazcano
Vince Lombardi, legendario entrenador en jefe de los Empacadores de Green Bay, aseguró en alguna ocasión, entre sus mil y una frases, que el futbol americano es un deporte tan bello, pero al mismo tiempo tan perfecto, que unos centímetros adelante o antes, pueden marcar la diferencia entre ganar o perder pues la jugada no se completó.
Seguramente eso los San Diego Chargers deben haberlo entendido luego de vivido las últimas dos semanas en donde unos cuantos centímetros han incidido en que el equipo esté con marca de 2-4 en lugar incluso de estar con 4-2.
Entiendo que toda la semana el trending topic, por aquello del nuevo lenguaje tuiteresco que está en boga, fue que Philip Rivers tuvo el mejor partido de su vida, mas de 500 yardas, dos pases de anotación, prácticamente 40 minutos de control de balón, no hubo intercepciones y en 65 jugadas de pase sólo lo capturaron en tres ocasiones, esto significa que por fin, la tan vilipendiada línea ofensiva al parecer el staff de entrenadores ya encontraron al grupo de cinco jugadores que protejan a Rivers.
Los números son impresionantes, pero volvemos al punto inicial, en gran medida los Chargers aprendieron en semanas consecutivas que esos pequeños centímetros hicieron la diferencia pues si bien la última imagen que nos queda es que su pase no llegó a las manos de Danny Woodhead en cuarta y gol, tenemos que recordar que en el primer medio dejaron siete puntos en el terreno cuando no pudieron convertir en cuarta y gol por lo que estamos hablando que al final fueron por lo menos 10 puntos desperdiciados.
Al igual que la semana pasada es tiempo de pensar ya en lo que sigue y lo que sigue es el juego ante los Malosos de Oakland, primer partido de división, rival que llegará a San Diego tras haber disfrutado de su fin de semana de descanso y, al igual que los electrizantes, buscará el triunfo para mantenerse a la caza de los lideres Broncos de Denver de ahí la importancia que encierra el encuentro pues es de vida o muerte.
Lo preocupante en el asunto fue la manera en que el staff de entrenadores llamó las últimas cuatro jugadas siendo dos de estas corridas cuando correr fue lo menos que hicieron además claro que en esa serie ofensiva movieron la pelota por aire.
En situaciones como esta lo cómodo es apuntar hacia el entrenador en jefe o al mariscal de campo, pero recordemos que a partir que Frank Reich, coordinador ofensivo, es el encargado de llamar las jugadas, pareciera que el libro de jugadas se redujo respecto a lo que haciaa Ken Whisenhunt, excoordinador de ataque y actualmente estratega de los Titanes de Tennessee.
Faltan diez juegos para que concluya la temporada y decir que las cosas están perdidas es un comentario muy a la ligera y más si tomamos en cuenta que falta por jugar ante Oakland, dos veces, Kansas City en par de ocasiones, otras dos con Denver, Miami, Jacksonville, Chicago y Baltimore, esto significa que si cumplen con un 8-2 pueden terminar con 10-6 y con esto la posibilidad de colarse a la siguiente ronda seguiría siendo posible.
Pero para que todo esto ocurra el domingo hay que derrotar a Raiders, lástima que ya no está el maestro Marty Schottenheimer para hacer sentir todo el enojo posible y mala vibra contra los Malosos.
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