Por Dante Lazcano
Era diciembre de 1992, veníamos de haber visto cómo los Búfalos del Instituto Tecnológico de Mexicali ganaban el primero de varios campeonatos de la Liga Mayor de Futbol Americano (Limfa), la cual era presidida por Víctor Duarte.
El juego fue en Mexicali y si la memoria no me falla le ganaron a los Osos del Cetys Tijuana. Para llegar lo hicimos en un dragón que comía impresionantemente gasolina, era una Ford Econoline amarilla en la que fuimos Joel Carreón, el Tomate, José Alfredo García Medina, el Morro, Víctor Duarte y su servidor.
Debido a que varios equipos no pagaron su registro no se entregó el premio prometido a quien resultara monarca, y fue cuando la aventura inició ya que nos fuimos con poco más de medio tanque con la esperanza de que habría recurso al regreso, pero no, por lo que tuvimos que cuidar el poco dinero que había, al grado que cuando nos fuimos a comer el Tomate, el Morro y yo, Duarte nos advirtió que fuéramos cautos con el dinero ya que apenas íbamos justos para la gasolina de regreso.
Kentucky Fried Chicken tenía escasas semanas de haber iniciado operaciones en Baja California y mientras que el Tomate y yo pedíamos un paquete con la receta secreta de cuatro piezas de pollo, el Morro, fiel a su estilo, pidió una orden de nuggets la cual nos terminó sacando de presupuesto.
El berrinchito nos costó quedarnos con menos de un litro de gasolina en El Hongo y entre los cuatro tuvimos que pedir de 10 pesos, de a 5, de lo que se pudiera, a quienes abastecían y de esa forma pudiéramos regresar.
Fue cuestión que completamos el grandioso capital para un cuarto de gasolina y de esa manera reiniciamos el viaje, como es cuesta abajo lo hicimos en neutral para no gastar combustible.
Y de esas aventuras podría contar muchísimas a lado de Víctor Duarte, pero si de algo no puedo olvidar y agradecerle es que fue él quien me dio la oportunidad de involucrarme en esto de los medios, ya que me permitió hacer los comunicados de la Organización Estudiantil de Futbol Americano (OEFA).
En 1993 prácticamente me correspondió organizar el Quinto Tazón Baja de la OEFA entre el Instituto México y el Instituto Salvatierra, duelo que se llevó a cabo en el CREA y al que tuvimos el orgullo, sin venta de cerveza, pero con todo el apoyo de los medios, que en ese entonces eran muchos, de meter más de 4 mil personas.
Aventuras vivimos muchísimas, en San Diego, en Tijuana, en Mexicali y no me cansaría de contarlas, pero hoy el panorama es complicado para el Duarte, porque así lo conocemos, ya que lucha por su vida al grado que está intubado debido a que se contagió de Covid y acorde al último reporte está en condición de muy grave.
Hace un año Jorge Villanueva milagrosamente la libró, ahora es Duarte, sólo espero que salga de esta.
Mis dos centavos
De ese viaje quedamos tres, el Duarte, el Tomate y yo, ya que el Morro se fue luego de que le tocó la mala fortuna de ir en el helicóptero en el que también iba Francisco Blake cuando fungía como vocero de éste en la Secretaría de Gobernación.