Anti-héroes

Por Lucy Ocaña

Al escribir esta columna, son 3 días de la recaptura del “Chapo”, por lo que el tema es inevitable. Después de la fuga hace 6 meses, nadie creía que se le fuera a recapturar tan pronto, es tanta la desconfianza que se tiene en el gobierno que incluso muchos pensaban que terminaría el actual sexenio sin que “El Chapo” volviera a prisión, tal como sucedió en el Gobierno de Fox.  Afortunadamente no fue así y entre tantas malas noticias, esta es una buena y el presidente Peña Nieto cumplió con su deber.

Su recaptura coincidió en tiempo con la publicación de una entrevista que le hizo el actor (y director) Sean Pean al “Chapo”, con la intermediación de la actriz mexicana Kate del Castillo. 

Cuando leí sobre este hecho me causó sorpresa y de alguna forma también disgusto; sigo sin aceptar que se tomen a personajes que representan todo lo malo y despreciable, para tratar de presentarlos como personas normales.

Poco a poco se ha ido perdiendo la capacidad de asombro y después de años de observar, escuchar y saber sobre las acciones de los delincuentes que se dedican al narcotráfico, pareciera que se han vuelto parte de la vida cotidiana de mucha gente, especialmente en algunos estados y ciudades del país.

Hace escasas semanas en una charla por demás interesante, platicábamos unos amigos sobre la gran diferencia que hay entre las oportunidades que tuvimos los jóvenes de los años setenta y las escasas posibilidades que tienen los de la época actual.

Sera que en esa década no llegábamos a los 90 millones de mexicanos y ahora somos más de 125; será que el nuevo modelo económico del país ha limitado la movilidad social, será que la permisibilidad (debido a la corrupción) de varias administraciones fue factor para incrementar en forma por demás significativa la delincuencia, será que hemos permitido que los valores cívicos y morales se hayan ido perdiendo, o será muy probablemente que sea la suma de todos estos factores lo que han hecho que la sociedad actual pretenda hacer héroes de los anti-héroes.

Es triste ver como jovencitos de escaso 18 o 20 años, estén ya reclutados en las filas de la delincuencia.  Jóvenes que en la gran mayoría de los casos cuando mucho terminaron su enseñanza secundaria y que ya no continuaron con sus estudios, porque en su casa ya no pueden con los gastos, o quizá porque ya no quisieron continuar ante la falta de ejemplos que los motiven, creen que su vida será igual que muchos de los que los rodean.

Necesitamos hacer algo más que darles patrullas y equipo a la policía, para evitar que sigan las filas de la delincuencia incrementándose con nuestros jóvenes. Sociedad y Gobierno debemos crear programas para atender a niños y jóvenes; reforzar los programas de civismo en las escuelas y clubes juveniles  que fomenten la formación en base a principios y valores.   Necesitamos verdaderos Héroes que se conviertan en el ejemplo para atraer a la juventud hacia el camino del esfuerzo, del trabajo y la legalidad. En lo personal, yo no quiero más Anti-héroes, no quiero más narco-corridos, no quiero más apología del delito, no quiero más corrupción.