Alí Babá y los cuarenta ladrones

Por Jaime Bonilla Valdez

En el compilado de cuentos árabes Las Mil y Una Noches, existe una historia de las aventuras de Alí Babá y los cuarenta ladrones, que encaja perfectamente en la vida pública de nuestro país, Explico:

La reciente investigación de mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad que revela la estafa maestra mediante la cual 11 dependencias desviaron al menos 3.4 mil millones de pesos destinados a programas para los más pobres a empresas fantasma o a pequeñas compañías incapaces de haber prestado los servicios para las que fueron contratadas.

Ya el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha estimado que, del presupuesto anual de 5 billones de pesos, la mafia del poder se roba al menos el 10 por ciento lo que representa 500 mil millones de pesos. Pues estos 3.4 mil millones de pesos son parte de esos despojos, y las cifras podrían ser aún mayores. 

¿Por qué el común denominador son los recursos para la población más desposeída? Pues porque son lo que menos fiscalizan esos gastos.

Dependencias que manejan recursos destinados a mejorar la condición de los pobres como la Secretaría de Desarrollo Social en ese entonces a cargo de Rosario Robles Berlanga han desviado millonarias cantidades en pagos de publicidad inexistentes y de ello hay denuncias ante autoridades laborales por parte de ex funcionarios que se negaron a firmar dichos contratos apócrifos.

Las 11 dependencias se amafiaron con diversas universidades para firmar contratos de prestación de servicios con empresas fantasmas como es el caso de un taller de plomería en Tabasco que recibió supuestamente 500 millones de pesos obtenidos mediante la Ley General de Adquisiciones, y que se reportaron en las Cuentas Públicas de 2013 y 2014.

Como lo informó el reportaje de Animal Político, las dependencias involucradas son: Sedesol, durante la gestión de la tristemente mencionada Rosario Robles Berlanga; Banobras, que tenía a Alfredo del Mazo Maza —gobernador electo del Estado de México— al frente; la SEP en la época de Emilio Chuayffet; FOVISSSTE, con José Reyes Baeza Terrazas.

También la Secretaría de Agricultura, cuyo titular era Enrique Martínez y Martínez; el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, con Alfredo Llorente Martínez; el Registro Agrario Nacional, con Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, con Gerardo Ruiz Esparza como secretario, y la Secretaría de Economía, con Ildefonso Guajardo, uno más nefastos Secretarios de Economía en la historia de nuestro país; ya que es uno de los responsables de la homologación del IVA en Baja California.

En Pemex los convenios empezaron a firmarse desde 2011, cuando era director Juan José Suárez y Felipe Calderón era presidente de la República, y continuaron en la gestión de Emilio Lozoya.

Pero también tenemos el otro extremo, el de los recursos destinados a los empresarios. Recordemos que en Baja California, una serie de reportajes del semanario Zeta destapó la cloaca de la Secretaría de Economía cuyo titular Carlo Bonfante Olache trianguló recursos a través de compañías fantasma para beneficiar a empresas de su propiedad y de su familia con fondos del CONACYT y de otras instituciones federales.

Dicho reportaje del semanario Zeta, nunca fue desmentido.

Una investigación en curso de Primer Sistema de Noticias, está trabajando en un caso similar, en que la empresa a cargo del programa De la Mano Contigo, ha obtenido millonarios recursos gracias a programas destinados precisamente para los más pobres de Baja California.

El ex diputado tabasqueño Javier López Casarí  y su hermana, Marcela López Casarín, se encargan de la empresa que maneja el programa “De la Mano Contigo” la cual maneja fondos para  becas, apoyos de gastos funerarios, servicios médicos y otra clase de coberturas.

En la tercera etapa de la zona del Río se encuentran oficinas del Sistema Educativo Estatal donde se entregan las becas para estudiantes que asisten a universidades pero la diferencia es enorme pues mientras se les otorgan unos 3 mil pesos mensualmente, hay indicios de que se reportan haber entregado 40 mil pesos a cada alumno, lo que alcanzaría para becarlos en las mejores universidades privadas.

Los primeros señalamientos apuntan a que la Universidad Autónoma de Baja California podría estar implicada en esta estafa maestra gracias a los acuerdos entre Francisco Vega y José Osuna Millán quien mantiene el control de la UABC desde tiempos de Alejandro Mungaray y al parecer hay contratos donde las empresas que suministran servicios son de oficinas de unos cuantos metros sin empleados ni muebles.

El flujo de recursos federales fue promovido por el ex secretario de Finanzas, Antonio Valladolid, quien incitó al gobernador Francisco Vega a promover inversiones como la de Los Barriles y otras en nuestro estado y en Baja California Sur, pues no hay nada más desesperante para un político como Kiko Vega que ser sorprendido con grandes cantidades de efectivo que no puede mover.

Esta es una de las causas por las que Valladolid se apartó del gobierno de Vega pues estaba muy directamente involucrado en el manejo de los recursos obtenidos de la federación, por lo que se sintió con derechos de ser candidato tras haberle acercado recursos federales a Kiko y convencerlo de que esos recursos tenían que ser gastados en estas sospechosas inversiones.

Conservadoramente hay miembros del Gobierno del Estado que estiman que el desvío de recursos podría alcanzar los 800 millones de pesos aplicados por el programa De la Mano Contigo y otros.

Que no le extrañe a Francisco Vega que los nombres de Javier López Casarín, de Antonio Valladolid y otros más, salgan a la luz pública más temprano que tarde, como algunos de los artífices de estos manejos que por lo bajo le han reportado a cada beneficiado más de 100 millones de pesos.

Fue la llegada de Antonio Meade Kuribreña a la Secretaría de Hacienda la que detuvo el flujo de recursos tras la entrega que recibieron antes y fuentes de Acción Nacional revelan que Francisco Vega ya no es siquiera recibido en Los Pinos ni en la Secretaría de Hacienda o de Gobernación. 

Más temprano que tarde, las cuentas turbias saldrán a flote y confirmaremos que estamos hablando de bandidos de la altura de Alí Babá y los cuarenta ladrones.