40 horas en cinco días

Por Héctor Fernando Guerrero Rodríguez

Aún algunas empresas no terminan de digerir el incremento de días mínimos de vacaciones que deben ser otorgados por ley a partir del pasado 1ro de enero, cuando ya se ve venir un nuevo impacto. Este es el que seguramente habrá en caso de ser aprobada la nueva propuesta presentada por la diputada Susana Prieto de reformar el artículo 69 de la Ley Federal del Trabajo, la cual plantea que la que la jornada laboral no solo se reduzca de 48 a 40 horas, sino que también sea distribuida en cinco días en lugar de seis como lo está hoy en día.

Es sabido también que en varios sectores se ha optado por distribuir la jornada del sábado entre los días de lunes a viernes, o que ha traído como resultado que el empleado llegue a laborar hasta doce horas diarias. Lo cual hace sentido con la información presentada por parte del Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en la que se afirma que los trabajadores mexicanos laboran más de dos mil horas al año. Esto es una tercera parte más en algunos países europeos y casi un 25% más que el promedio de los países que conforman esta organización. Sin que esto signifique una mayor productividad en nuestro país. Ya que está más que comprobado que largas jornadas de trabajo impactan negativamente en el enfoque del quien las labora.

El sector de la manufactura no estará exento de ser impactado por este cambio en caso de ser aprobado, ya que en varias plantas productivas sus procesos deben ocurrir en un 24/7, es decir no deben detenerse. Para lo cual durante décadas se ha hecho uso de los llamados turnos de 4×3 o 3×4. Dependiendo de la semana en que ocurra. Estos son jornadas en las que en una semana se trabajan cuatro días y la semana que le sigue sólo tres días. Sumando las dos semanas debe dar un total de el equivalente a dos semanas de 48 horas o 42, según sea diurna o nocturna la jornada. No solamente estos turnos deberán ser modificados, sino también los que ocurren en cinco días de 9.6 horas en los que en realidad una persona llega a estar más de 10 horas en su centro de trabajo.

Situaciones similares seguramente vivirán empresas de otros sectores como el restaurantero, construcción o el de las empresas de seguridad en donde las jornadas son extenuantes y en muchas ocasiones sin pago de tiempo extra.

Es un hecho que la jornada, al igual que las vacaciones deben ser dignas. Así como también es una realidad que una jornada de 40 horas en cinco días es un avance, no todo es todo el camino que hay para recorrerse. La muestra está en otros países en los que son más los días de vacaciones y menos las horas de trabajo. La pregunta valida en este tema es: ¿Por qué en esos países sí se puede y en el nuestro no? O, ¿por qué el mexicano no tiene derecho a condiciones labores dignas cuando en otros países sí? Lo positivo sin ligar a dudas es que los primeros pasos ya se están dando.